milenio. el fin del mundo y el origen del cristianismo
Título: milenio. el fin del mundo y el origen del cristianismo
Título Original: (millennium, 2010)
Autor: Tom Holland
Editorial:
Planeta
Copyright: Traducción de Eva Mª Robledillo
Año edición 2010
ISBN: 9788408091646
Etiquetas:
edad media
historia
Argumento:
No es Tom Holland (Oxford, 1968) un autor desconocido en el panorama de las letras. Este autor británico estudió latín e inglés en el King’s College de Cambridge, ha trabajado para la BBC Radio adaptando para este medio los textos de Homero, Herodoto, Tucídides y Virgilio, y tiene en su haber varias novelas y tres sólidos trabajos de divulgación histórica. Es, justamente, la faceta como historiador la que nos interesa ahora comentar. Tras la publicación deRubicón: auge y caída de la república romana (2005) yFuego persa. El primer imperio mundial y la batalla por Occidente (2007), llega ahora a nuestras librerías su última contribución al estudio de los hechos del pasado: Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo.
Con la factura de un tratado de Historia, donde no faltan las referencias y dataciones oportunas, los mapas, las notas, la cronología, una consistente bibliografía o el índice onomástico y de materias, la disposición y el estilo no son rigurosamente académicos. Una particularidad que resultará no poco atractiva para el gran público. Holland no diserta sobre Historia, sino que relata la historia de los europeos que viven en un momento crucial: la encrucijada de dos milenios, uno que fenece y otro supuestamente que le sucederá. Y decimos «supuestamente» porque para la conciencia y el espíritu de millones de personas que ver aproximarse el año 1000, este acontecimiento es vivido como el anuncio del Apocalipsis, del fin del mundo, del Juicio Final.
Opinión:
La desazón de cruzar una línea considerada como límite que bordea con el abismo, coincidiendo con la llegada del cambio de milenio, define el sentimiento milenarista. Una emoción que hoy puede percibirse como supersticiosa, pero que, sin ir más lejos, hace diez años provocó en nuestras sociedades desarrolladas no pocas ansiedades y temores más o menos reconocidos con el advenimiento del año 2000.
El caso es que el mundo no terminó el año 1000. Es más, el siglo XI que viene a continuación del problemático cambio de hoja del calendario, es destacado por Holland como una centuria que, superado el pánico milenarista, fija los fundamentos de la civilización occidental. Según sus palabras: «los monjes, los guerreros y los siervos del siglo XI pueden considerarse nuestros antepasados directos de un modo en que nunca lo fueron las gentes de épocas anteriores.» (pág. 29).
Importantes personajes desfilan por esta narración apasionante: Carlomagno, Hugo Capeto rey de Francia, Olaf rey de Noruega, entre muchos otros. Con todo, hay un episodio particular en el que se detiene al autor de Milenio al considerarlo decisivo para el destino de Europa: el conflicto (la querella de las investiduras, como es conocido) entre Enrique IV, rey del Sacro Imperio Romano Germánico, y el papa Gregorio VII, del que sale victorioso el heredero del trono de Pedro en Roma. El episodio del castillo de Canossa formaliza la separación de poderes entre la Iglesia y el Estado, uno de los hitos de la historia occidental que marcará su devenir hacia la Modernidad. Una vía, en fin, que otras culturas y pueblos, renuentes a la separación de las esferas políticas y religiosas, procurar frustrar sin éxito. No es casual, en consecuencia, que el relato del Milenio tenga como conclusión, no el fin de la cristiandad, sino la toma de Jerusalén por los cruzados en el año 1099.
Ariodante
Abril 2010
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