Mi universo re-creativo. Curiosidades y otras bestias

Opinión:

Todo artista tiene su universo personal, cuyas referencias le transportan a lo más interior de sí mismo... sobre todo si es tan amplio e intenso como el de Brianda. Es diseñadora, dj, ilustradora, relacionada con la aristocracia española y con el mundo de la moda, por lo que su creatividad tiene múltiples modos de expresarse y de acercarse a ella.

Así, la autora nos entrega un abanico de imágenes que forman esa cosmovisión, textos que nos cuentan historias completas en un par de frases. Sus ideas, sus colores, sus dominios. Habitan su mente muchos seres míticos -sirenas, dragones, unicornios-, mágicos e incluso históricos, mundo que tiene una paleta muy particular, colores que no destacan, pero que crean un conjunto interesante, sobre todo el azul -en todas sus variantes-,  y el rojo -desde el rosa al carmesí-, que le dan a su obra un carácter propio. Tonos apagados, pero que vibran cuando van ligados, como un cardumen de millares de seres y actúan como si fuera uno solo. Así se entiende mejor su obra.

Brianda es una artista que posee amplio conocimiento gracias a sus viajes, estudios y relaciones sociales. Eso se nota en sus ilustraciones, los temas que trata y la forma que se expresa.

Su cotidianeidad es efervescente como una copa de champán y, parece que no, pero sus frases calan hondo. Mucho. Tienen una profundidad que no se ve a simple vista, hay que pasar el ojo por la forma, el color y luego el texto... o viceversa. El asunto es que su obra se convierte en una "poética" de la cotidianeidad. Entendiendo este concepto como la fórmula que el arte tiene de entender el mundo y la manera en que el artista lo traduce. "Poética". Gran concepto, pero esa, esa es otra historia.

Volviendo al libro, tiene ese no se qué de cercano, con mañanas campesinas, seres míticos que te acompañan hasta en el desayuno, mientras sorteas todas esas preguntas que se hace la autora. Esos signos que ve incluso en la tostada con mantequilla, surgen sus seres y sus miedos, su incertidumbre....  Luego habla de ella, se confiesa, pero no es que le guste mucho, pero va contando a través de sus dibujos cosas sobre sí misma, y es fascinante la forma en lo hace. Finalmente un gabinete de curiosidades, las suyas, por supuesto, es el capítulo que da broche final a este periplo.

Es un libro intenso, con esas frases cortas de rasgan el aire y lo llenan de turbadoras preguntas. Es que en muchos casos, esas frases te identifican, te haces las mismas preguntas o parecidas; a veces, incluso, te resuenan palabras o ideas... es lo que tiene el arte, que es un espejo de la sociedad.

Refleja nuestras inquietudes, muestra lo mejor y lo peor de nosotros mismos, porque somos seres sociales y sociables. Aunque a veces no lo queramos. Formamos parte de un todo... así, nuestro universo se une al de los demás en ideas comunes, sentimientos y sensaciones. Parece que no, pero si. Somos un todo, como un gran cardumen cósmico, y en fondo de las ideas subyace esta sensación de comunidad, arrastramos símbolos, creencias, pensamientos comunes a lo largo de este periplo vital y cada cierto tiempo vuelven a nosotros, en oleadas, en marejadas suaves de conocimiento. El arte es reflejo y espejo de esta oleada cósmica.

Entonces, lo interesante de este libro es eso: dar a conocer ese mundo creativo -re-creativo-, interior de la artista -que dicen que están hechos de otra pasta, sin duda alguna-, con sus colores y sus habitantes, con sus miedos y sus pretensiones, como una voz que hablase también por nosotros desde su propia y única voz... como la vida misma.

Carol Inabé Barba