Anika entre libros

Mi gato Yugoslavia

Ficha realizada por: Darío Luque
Mi gato Yugoslavia

Título: Mi gato Yugoslavia
Título Original: (Kissani Jugoslavia, 2014)
Autor: Pajtim Statovci
Editorial: Alianza
Colección: Alianza Literaturas


Copyright:

© 2014, Pajtim Statovci and Otava Publishing House
© 2020, Laura Pascual Antón (de la traducción)
© 2020, Alianza Editorial

Traducción: Laura Pascual Antón
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2020
ISBN: 9788491818717
Tapa: Blanda
Etiquetas: drama Finlandia gatos narrativa libros premiados literatura finlandesa gay novela novela sentimental realismo mágico relaciones personales homosexualidad juventud familias desestructuradas serpientes guerra yugoslava relaciones familiares emigración Yugoslavia marginación violencia familiar identidad
Nº de páginas: 320

Argumento:

En una mañana de abril de 1980, los caminos de Emine y Bajram se cruzan en lo que parece ser una historia de amor inesperada. Sin haber intercambiado más que una breve conversación, los dos jóvenes contraen matrimonio apenas unos días antes de la muerte de Josip Broz Tito. Pese al amor que sienten por su tierra, la ambición y el miedo les hacen emigrar a Finlandia, donde esperan prosperar como familia. Décadas más tarde, sin embargo, su hijo Bekim siente la necesidad de desvincularse del núcleo familiar para poder explorar la doble condición que lastra sus días en el país nórdico: es inmigrante, y también homosexual.

En la solitaria búsqueda de su identidad, Bekim se rodeará de una boa constrictor y de un gato que habla, dos seres egoístas y caprichosos que desplazarán poco a poco su espacio y su amor propio. "Mi gato Yugoslavia", la primera novela de Pajtim Statovci, obtuvo el Premio Helsingin Sanomat y ha sido publicada en diecisiete países.

 

Opinión:

 

Según las costumbres kosovares, en la noche de bodas era habitual que el novio condujera a su futura mujer delante de un gato y lo matara con sus propias manos para imponer su autoridad sobre la novia. En la primavera de 1980, cuando se formaliza el matrimonio concertado entre Emine y Bajram, esta tradición quedaba ya lejana, pero no así la idea de la sumisión conyugal de la mujer ante su marido. No extraña, pues, que Bajram recompense con un bofetón a su mujer cuando esta rechaza sus caricias eróticas: es todo fruto de una doctrina social que han mamado desde pequeños, que han visto en sus hogares y que ellos deben repetir e inculcar en sus hijos. Emine, por ello, se convierte pronto en una esposa impecable y en una madre ejemplar, pero a cambio sólo recibe la frialdad de un marido preocupado por el futuro de la región tras la muerte de Josip Broz Tito.

Cuando se inicia la guerra en Yugoslavia, Bajram toma la decisión de exiliarse con su familia en Finlandia, donde espera reconstruir el hogar que el conflicto bélico les ha arrebatado. Allí, sin embargo, la familia empieza a escindirse entre la rigidez moral del padre, partidario de educar a sus hijos a la manera kosovar, y la perspectiva moderna de Emine, seducida por la libertad de la socialdemocracia. En medio de toda esta tensión está su hijo Bekim, consciente de la delicada situación familiar y también de la doble marginación que vive en Finlandia: como inmigrante y como homosexual. En cuanto puede, Bekim abandona el hogar familiar y se instala en un piso que comparte con una compañera peculiar: una boa constrictor que deambula libremente por todo el apartamento y que acostumbra a dormir a su lado.

Lo extraño, sin embargo, es el miedo visceral que él mismo siente hacia las serpientes, pero que no le limita a la hora de convivir con una. A quien sí limita es a los hombres que Bekim seduce e intenta llevar a su apartamento, bien sea con el objetivo de tener un encuentro sexual fortuito o bien para algo más serio. Es el caso del gato parlante que conoce una noche en un bar gay, y que termina acompañándolo a casa pese a su refunfuñeo crítico contra inmigrantes y homosexuales; o también el caso de Sami, cuya relación con el protagonista se fundamenta más en el cariño y en el amor. De esta forma, Pajtim Statovci relaciona dos historias paralelas, la de Emine y la de su hijo Bekim, por medio de la repetición de patrones de conducta (no en vano, el egoísmo y la cerrazón del gato parlante es idéntico, quizás incluso más nocivo, que el comportamiento de Bajram con su mujer y sus hijos).

Sin embargo, y pese a la construcción de unos personajes dolidos y profundamente verosímiles, lo cierto es que la historia de "Mi gato Yugoslavia" no termina de atrapar al lector. Quizás la dificultad de lectura se deba a los continuos saltos entre la voz de Emine y la de su hijo, o quizás sea debido al intento de plasmar dos historias paralelas, pero separadas en el tiempo, sin tener en cuenta que los motivos de marginación y sufrimiento de una madre y de su hijo son distintos. Tampoco creo que el uso reiterado de símbolos (en especial animales como el gato y la serpiente, que se repiten en ambas historias) sea de gran ayuda en la construcción de una narración tan dura. Y, pese a todo, me quedaría cien o doscientas páginas más acompañando a Bekim, a ese joven solitario que, en verdad, lo único que necesita es una compañía y un cálido abrazo.

 

Darío Luque

 

 

 

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