Matar al tertuliano

Opinión:

La nueva novela de Juan Pedro Cosano se aparta de las épocas de las anteriores y se desarrolla en la actualidad, indicando unas fechas de 2016 que se pueden cambiar por otras más cercanas, puesto que el tema lo permite con gran facilidad.

El ataque a esos programas de televisión que viven de destripar las intimidades o flaquezas de unos y otros es virulento. Y fácil ya que hace tiempo que están el punto de mira, aunque también es cierto que están por ahí por su popularidad y sus nada desdeñables cuotas de pantalla.

Como se trata de una investigación policíaca, el peso de la trama recae en el protagonista, un inspector de policía que desde la primera vez que aparece o se gana la complicidad del lector o se hará cada vez más insufrible, que es lo que me ha ocurrido a mí, que se me ha atravesado hasta el punto de que lo hubiese cambiado por un tertuliano para que fuese otra víctima.

Porque si ya la trama tiene su punto escatológico con las muertes de los tertulianos y la investigación subsiguiente, sólo faltaba este policía para completar las acepciones de la palabra y poner de los nervios a según qué lector.

Y es que con su presencia continua y siendo un agonías, la trama da muchas vueltas sin que apenas concrete casi nada. Y cuando ocurre eso, que se empezaría a ver claro, se lo esconde todo, incluso para el lector, hasta el final.

Que no obstante ya se veía venir el meollo del asunto desde bastante antes, porque por más que se hablase de muchos secretos, cuesta imaginar un personaje, ya sea entre los implicados o fantasmagórico, que conociese tantos secretos y de tanta gente dispar.

Aunque para mí haya resultado pesada, "Matar al tertuliano" tiene un público que disfrutará con su lectura, sea porque es seguidor del autor o le atrae el ambiente televisivo y de la prensa del corazón.

Selin