Anika entre libros

Máquinas como yo

Ficha realizada por: Lidia Casado
Máquinas como yo

Título: Máquinas como yo
Título Original: (Machines Like Me, 2019)
Autor: Ian McEwan
Editorial: Anagrama
Colección: Panorama de Narrativas


Copyright:

© Ian McEwan, 2019

© de la traducción, Jesús Zulaika, 2019

© Editorial Anagrama, S.A., 2019

Traducción: Jesús Zulaika
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2019
ISBN: 9788433980465
Tapa: Blanda
Etiquetas: adopciones robots cárcel amor distopía muerte ética moral literatura inglesa novela reflexiones suicidios venganza Londres valores violaciones inteligencia artificial democracia tríos parejas mentiras libertad máquinas el bien y el mal ser humano resiliencia libre albedrío
Nº de páginas: 360

Argumento:

Son los años 80 en un Londres distópico en el que Reino Unido ha perdido a Guerra de las Malvinas y la tecnología está tan avanzada como para que se ponga a la venta la primera tanda de humanos artificiales. Charlie compra uno de esos primeros Adanes y empieza a descubrir las diferencias y parecidos entre robots y humanos.

 

Opinión:

 

He leído solo dos obras de Ian McEwan pero las dos me han dejado la misma sensación de perplejidad y la cabeza llena de preguntas y cuestiones sobre las que pensar. En este caso, es imposible no reflexionar antes, durante y después de la lectura sobre lo que nos hace humanos y lo que nos diferencia de las máquinas.

Y digo antes, porque ya desde el título y la portada (una foto con dos maniquíes, objetos que, a ciertas personas, entre las que me incluyo, les resultan ciertamente inquietantes) se nos invita a reflexionar en las características, habilidades o capacidades que nos hacen humanos y las que no. "Máquinas como yo" me hizo pensar en la igualdad y la diferencia, en la pertenencia a un grupo y lo que nos diferencia de otros. En este caso, dado el argumento, una de esas cuestiones es la diferencia entre humanos y máquinas, algo que se potenció al pasar las primeras páginas y ver que, en el título interior, este va acompañado de un sugerente subtítulo: "y gente como vosotros". Una apostilla que incide en esa separación entre bandos. Lo curioso es que cuando empiezas a leer, resulta que el narrador es Charlie, el humano; no Adán, el robot humanoide. Y entonces, empecé a preguntarme qué significaría que el yo del título no fuera el mismo yo de la voz narradora. ¿Quiénes son las máquinas, entonces, y quién la gente?

Durante la lectura, las preguntas no dejan de surgir. Desde las que tienen que ver con la política de ese Reino Unido distópico que nos presenta McEwan que, aunque se parece mucho al real, tiene algunos factores que distorsionan la Historia; hasta las relacionadas con la convivencia entre humanos y máquinas (desalentadora la ola de suicidios que se empiezan a producir entre los segundos), pasando por las propias de la trama personal del protagonista: un trío amoroso entre dos humanos y un robot que despierta no pocos interrogantes.

La lectura es rápida (aunque confieso que la parte política me ha interesado poco, la política real nunca ha sido capaz de interesarme más allá de lo mínimo para poder ejercer y disfrutar de la democracia) y la prosa de McEwan, fascinante. El autor va poniendo delante de nuestros ojos una serie de cuestiones morales y éticas que se complican cuando sabemos que Miranda, la novia de Charlie y amante (¿ocasional?) de Adán estuvo implicada en el ingreso en la cárcel de un hombre acusado de violación.

Y ahí viene uno de los grandes dilemas éticos que plantea el libro y en el que se ven las diferencias entre hombres y robots. Al menos, entre hombres y unos robots creados para defender la verdad de forma absoluta.

Y es imposible no quedarse noqueado por el final y no reflexionar sobre qué ha pasado a lo largo de la novela y sobre si ese final estaba cantando o no. La ruptura entre los dos grupos se hace más que evidente, pero deja aún más abierta la reflexión sobre la moral, la ética, el bien, el mal, lo que es debido y las rendijas entre todas esas dicotomías por las que se cuela la realidad y la humanidad; sobre todas esas zonas de sombras donde tanto el bien como el mal son relativos. Al menos para alguien diseñado para aprender de cada experiencia, para adaptarse, para ver el lado más humano de las situaciones. O, quizá, habría que decir en alguien diseñado para no medir las consecuencias hasta el último extremo, para dejarse llevar por cierta improvisación, para valorar los efectos de las decisiones que tomamos más allá de su bondad o su maldad.

En definitiva, un libro intenso, lleno de reflexiones y apuntes sobre lo que nos hace humanos (para bien y para mal), que no deja indiferente al lector y que confirma a Ian McEwan como uno de los grandes escritores de la narrativa internacional contemporánea.

 

Lidia Casado

 

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar