Maneras de irse

Opinión:

Tal y como viene acostumbrando, Sònia Hernández regresa dos años después de la publicación de su última obra: "El lugar de la espera". Desde la publicación de "Los Pissimboni" en 2015, la escritora egarense ha ido publicando cada dos años. Esta vez, sin embargo, la obra publicada no es una novela, sino un compendio de relatos cortos, trece en total, que hablan y narran sobre diferentes formas de perder algo: irse de la vida, irse de un lugar, irse de uno mismo, irse de la inocencia,...

La escritora continúa con su estilo particular y habitual. Sus fieles lectores se encontrarán con una obra cargada con mucha simbología y con su adoración por el realismo mágico latinoamericano. Recupera conceptos ligados con la evasión como la prosopagnosia, que ya utilizó en su obra "El hombre que se creía Vicente Rojo". Asimismo, se encontrarán también con narraciones desprovistas de diálogos, continuamente decoradas con descripciones psicológicas y con metaliteratura. A fin de cuentas, Sònia Hernández es una persona con mucha inquietud por la vida, al igual que por su propia vida. Los relatos parecen contener partes biográficas, como constatan las narradoras de los relatos: o son periodistas, o son escritoras, o realizan un viaje a México, como es el caso de la propia autora. Parecen, a la vez, representar una forma de expresar experiencias, pensamientos y sentimientos que ella misma ha experimentado o ha vivido en su entorno más cercano.

Son relatos con mucho mensaje pero que carecen de misterio y atracción. Es algo que le suele suceder: tienen un inicio trepidante y absorbente que pierde interés con el paso de las páginas. Son relatos, además, con mucha frialdad y dolor, que mantienen un tono oscuro. De alguna forma, irónicamente, da la sensación de que todos y cada uno de los relatos se están despidiéndose del lector/a. Son relatos tristes, melancólicos, donde esa sobrecarga psicológica dificulta la empatía de quien lee con el personaje. De hecho, no está recomendada para todo aquel que busque sentirse bien y en buena onda. Sin embargo, pueden servir como lección para que alguien pueda superar algún duelo interno o pueda reflexionar sobre la pérdida. A fin de cuentas, es una profunda reflexión sobre aquello que se va.

Sònia Hernández (Terrassa, Barcelona, 1976) es una amante empedernida del arte. Doctorada en Filología Hispánica, ha sido periodista, colaboradora en La Vanguardia y gestora cultural. En los últimos ha destacado por sus novelas, si bien empezó publicando poemarios. Es miembro del GEXEL, Grupo de Estudios del Exilio Literario. En 2010 fue incluida entre los mejores y más prometedores narradores jóvenes en español.

Cristià Serrano