Los penitentes

Opinión:

Anika Lillo

Publicada inicialmente en el 2010 en una editorial de género ya extinta y publicada con el nombre de "Penitencia", la novela de J. E. Álamo vuelve a estar disponible, pero esta vez incluso mejor, editada con mucho más cuidado y mimo. Esta edición de Obscura Editorial es mejor en diseño y acabado, y le ha incluido unas ilustraciones magníficas en blanco y negro (con tonos de grises) de las que se ha encargado Alberto Góngora. No son muchas, pero son estupendas. Tienen el atractivo de lo siniestro y al mismo tiempo de lo real, pero como pasado por un filtro. Incluso se pueden apreciar pequeños cambios en el propio estilo del autor en cada una de sus imágenes.

"Los penitentes" es la mezcla perfecta entre thriller y novela de terror sobrenatural. De capítulos cortos, algo que ayuda mucho a un avance rápido y ameno durante toda la lectura, es una novela coral pero que no agobia con biografías largas y prescindibles. De cada personaje te cuenta lo justo y en el momento concreto en que necesitas saberlo, de esa forma conoces cada detalle que necesitas para entender, comprender, visualizar y vivir la pesadilla que Joe Álamo nos propone. ¡Y qué biografías! ¡Qué personajes!

Hablando de ello... Sus personajes normalmente son cínicos y duros, pero en esta ocasión Aguirre -el inspector- tiene algo que lo hace más normal, menos canalla, más de andar por casa, más humano quizás, y esto se percibe en cuanto empieza a relacionarse con los otros protagonistas que pululan por la novela. Junto a Baldo y Gloria, otros dos personajes de "Los penitentes", representa la bondad frente al Mal en mayúsculas, y es que ésta es una novela de terror donde el Maligno se pasea a sus anchas utilizando siervos en la Tierra. De ahí que tengamos al Segador, un despreciable ser que asesina sin piedad, a Prudencia, una auténtica perra malvada y mentalmente enferma, y al caníbal, un tercer personaje que propiciará equívocos en la investigación de Aguirre y su equipo. O sea que tenemos a tres personajes terribles y siniestros (y os juro que no son los únicos, aquí podríamos añadir a Gregorio, por ejemplo) que nos llenarán las páginas de terror, sangre y violencia, y al mismo tiempo a un equipo que busca parar las atrocidades pero al margen de la policía convencional. Un querer parar y no poder, porque no hay tregua.

He disfrutado muchísimo con los personajes, lo reconozco. Es la parte morbosa del género humano, sobre todo cuando queremos que esto pase en la ficción pero no en la realidad. Entre las páginas está bien, ahí queda todo. Y tenemos casi sobredosis, eso sí.

J. E. Álamo resuelve el final dándole un toque fantástico, paranormal. No puede hacerlo de otra forma porque desde el principio se ve que tiene una difícil resolución dado que lo que anda entre las personas no es humano. En el mundo sobrenatural se puede crear, inventar y simplemente ofrecer. Te puede gustar o no el resultado, pero no hay leyes que impliquen cómo han de hacerse las cosas. Es fantasía y se utiliza para terminar con la Maldad.

La posible sorpresa que le espera al lector -reconozco que yo esto lo pillé desde el principio- está en la penúltima página, así que aconsejo no mirar ésta hasta que se finalice la historia. Esta sorpresa podría generar un asombro al lector, y para eso está, para darle una vuelta de tuerca a la historia, lo cual la convierte en una lectura muy apetecible.

"Los penitentes" no da tregua, así que si te gustan los libros que te quitan la respiración metiéndote en ambientes de terror con un toque de género negro, pero aportándote pequeñas dosis de bondad para respirar de vez en cuando, lo disfrutarás.

Anika Lillo

Fernando Martínez Gimeno (2010)

 Joe Álamo  no es nuevo en el oficio de escribir y se nota. Ya me lo demostró en la magnífica recopilación de relatos que estaban contenidos en "El enviado" y era ya tiempo de tener una novela de terror suya de más extensión. Y ha llegado "Los penitentes". No haré el chiste fácil de decir que su lectura lo haya sido, ya que ha sido un continúo y completo goce. Una definición cercana a lo leído podría ser algo como que la trama es un conjunto de piezas de puzzle que Álamo va encajando con maestría hasta terminarlo, pero creo que una definición más certera es que "Los penitentes" es un conjunto de microinfiernos particulares puestos al servicio del hilo central que como piezas de dominó van cayendo uno a uno hasta completar la figura final.
 
Esos microinfiernos son la vida de varios personajes secundarios y retazos de alguno de los protagonistas que vamos conociendo según avanza la historia de "Los penitentes" y que podríamos decir que tienen su parte de importancia y son relatos con autonomía propia si los sacamos de la novela. El eje principal de la captura del psicópata es en torno al cual se reúnen, pero Álamo tiene una capacidad estupenda para hacerlo. Ninguno de estos hilos se queda sin puntada y tejen una buena telaraña.
 
En algunos momentos me he quedado pensando, con el libro entreabierto y apartado a un lado, por la escena que estaba leyendo, por la situación que nos describe e intentar desechar que cada vez que te sorprende y que ya no lo hará más, en el siguiente capítulo lo vuelve a hacer. Crea tensión y consigue transmitirla. Y te lleva hacia donde quiere y como él quiere, va repartiendo los naipes hasta la mano final. Eso sí, quizá sea por la cantidad de lecturas de terror que tengo a mis espaldas y en mis ojos, algo intuía sobre ese fin. No del todo, porque vuelve a dejarte con la boca abierta tras la traca final.
 
Los personajes con más peso dentro de la historia, desde El Segador a los agentes que vas tras él o Gloria, una cuidadora de ancianos, nos ayudan a entrar todavía más en los acontecimientos que se nos cuentan en estas páginas. Ayuda también, como he adelantado antes, la buena creación de la atmósfera que los envuelve, desde la iglesia donde ocurren algunos de los asesinatos, como de las calles del barrio por donde pasean los personajes o el geriátrico donde habita un abuelo algo listillo. Es una prosa acertada para cada uno de los momentos, sin exageraciones en las escenas descritas, simplemente se nos cuenta qué ocurre con detalle y sin buscar u ofrecer humo. Mezcla muy coherente de thriller y de terror que no deja lugar al respiro.
 
"Los penitentes" es una magnífica muestra, junto con otras novelas que he estado leyendo últimamente, de que el Terror en castellano está más vivo que nunca y uno lo agradece. "El enviado" o "Mi amada Michelle" (relato de la "Antología Z de Nocte" y que es una mezcla de los géneros antes mencionados) son una buena forma de ver cómo escribe Joe Álamo, pero es en esta novela con más extensión donde desarrolla todo su buen hacer con las historias que imagina.

Fernando Martínez Gimeno, 2010