Los juguetes de la guerra

Opinión:

Carolina Pobla ha estado vinculada al mundo de la danza durante más de treinta años, sin embargo, el insólito pasado de su familia le ha llevado a escribir dos novelas basadas en las memorias de sus abuelos.

Tras "Geranios en el balcón", novela que se convirtió en un éxito, Carolina vuelve para contar al mundo la historia de superación y valentía de su abuela materna. Una mujer viuda que con seis hijos y una casa expropiada por los nazis tuvo que hacer frente a uno de los acontecimientos más importantes de la historia; la Segunda Guerra Mundial.

Con una narrativa sublime y fluida en la que prima las maravillosas descripciones de personajes, ambientes y acontecimientos, la autora va desenvolviendo una trama fundamentada en secretos y pequeñas historias que mantiene durante toda la novela la atención del lector, transmitiendo así un amplísimo espectro emocional.

Construidos con gran acierto, los personajes tanto principales como secundario se muestran muy humanos, llenos de aciertos y también de errores, circunstancias con los que el lector empatiza inequívocamente.

De una forma sutil y camuflada en la trama principal, la autora se hace de una nota sobresaliente al presentar de manera muy completa y en párrafos breves las historias de los principales actores secundarios, adentrándose en sus pasados y en las motivaciones o sucesos que los han llevado a la situación actual. Algo que favorece la visión global de los habitantes del pueblo convirtiéndolo en un lugar cercano y que te hace formar parte de él.

La protagonista, Ilse se presenta como una mujer valiente, fuerte, decidida, luchadora, solidaria, que hará hasta lo imposible por salvaguardar la vida de sus hijos. De todos los personajes es el que más destaco, pues su coraje y resolución es admirable, y su humanidad la convierte en una persona especial para el lector.

La evolución de los personajes es asombrosa. Los niños, que con el paso de los años van creciendo, se convierte en jóvenes y adolescentes con carácter, decididos. El lector irá descubriendo su crecimiento de primera mano y sufrirá y se emocionará con sus decisiones y vivencias.

Las diversas historias de esta novela se encuentran bien definidas y justificadas plenamente en la trama principal, no sobran ni faltan palabras y no hay cabos sueltos ya que cada uno de los hechos encuentran una resolución.

En esta novela se refleja muy bien la dificultad que tuvieron los pueblos alemanes durante los seis años de guerra y los posteriores, siendo sometidos en primer lugar por su propio ejército y, posteriormente, por el contrario. Así mismo, expone de primera mano el estilo de vida de una zona rural, las amenazas, el miedo, la incertidumbre, las relaciones, los sometimientos o los rigurosos escalafones que formaron parte de la cotidianeidad diaria de tantísimos civiles.  

Durante su lectura me sentía atrapada por completo. Tanto la trama como los personajes consiguieron enamorarme de tal forma que al terminar la novela sentí un vacío interno. Hacía tiempo que no me emocionaba y disfrutaba tanto con una novela histórica.

Por la forma en la que está escrito y la inclusión que hace del pueblo y sus personajes como parte de la trama me ha recordado a la novela de Irène Némirovsky "Suite Francesa", una de las mejores obras históricas que he leído. Y que recomiendo enormemente si no se ha leído y después de este libro sientes que necesitas más.

En definitiva, "Los juguetes de la guerra" es un libro tierno, con una prosa exquisita y una narración muy visual que traspasa las páginas y te embauca haciéndose presente y no convertirse en una historia más dentro de la desbordada temática de la Segunda Guerra Mundial. Una historia de amor verdadero donde la supervivencia, la familia y el amor al prójimo cobra el mayor sentido.

Marisa Costa