lesbianas. discursos y representaciones

Opinión:

Este libro tiene como objetivo tratar de reflexionar sobre las cuestiones planteadas en "argumento" a través de la reunión de una serie de artículos centrados en desarrollar con profundidad las tesis expuestas en dicho apartado, bien haciendo historia de las reivindicaciones del colectivo lesbiano en nuestro país y en Euskadi, intentando clarificar conceptos (se hablaría más que de "condición sexual" de "opción sexual; quieren las lesbianas ser mujeres", etc.) o describiendo cómo la cultura ha reflejado a este colectivo (pintura, literatura, medios de comunicación, publicidad, prensa, programas de televisión, lesbianas en la red, pornografía, etc.) a veces, como ya señalé al principio, de manera no demasiado ajustada a la realidad de este tipo de parejas y sí bastante estereotipada o tranquilizadora para el resto de la sociedad.

La mayoría de estos artículos me resultaron muy interesantes aunque lo mejor de todo es que me han hecho pensar y reflexionar sobre algunos temas que tienen que ver la tolerancia -no sólo con la de la sociedad en la que me muevo todos los días sino también con la mía personal- con respecto a las lesbianas, sus problemáticas o inquietudes.

Uno de los mejores -o al menos uno de los que más me ha motivado- es el que Raquel Platero dedica al modo en que las lesbianas son (re)presentadas en los medios de comunicación de masas. Según opina la autora del artículo, cuando las lesbianas aparecen en los medios de comunicación (prensa, publicidad, programas de televisión…) aparece con mucha frecuencia ( y con total intencionalidad) un estereotipo de pareja lesbiana cuyo objetivo es conseguir la aceptación del público con facilidad (tranquilizarlo en definitiva), pero que no suele reflejar casi nunca las inquietudes, problemas, sensaciones o modos de vida de este tipo de parejas. Por ejemplo, me pareció impresionante el caso de Dolores Vázquez, mujer que fue acusada injustamente de un asesinato. Por lo que se ve, como era lesbiana tenía que ser también una asesina según bastantes sectores de la población, incluida la madre de la joven víctima o en el análisis que la autora hace sobre la pareja de médicos de Hospital Central, el personaje de Amanda (Anabel Alonso) en "Siete Vidas" o las lesbianas de reality-shows (Noemí, Raquel, Judd…).

En relación a esto recuerdo cómo presentó Jordi González -esto no aparece en el libro, es cita personal- a una de las cantantes de la última edición de OT: no habló para nada de ella como intérprete o como persona, la presentó como lesbiana, así directamente. Las preguntas tan estúpidas de Jimmy Jiménez Arnau a la chica que no salía de su asombro terminaron de rematarlo del todo, cuestiones del tipo "En tu pareja ¿Quién es el hombre y quién es la mujer?" o similar.

Otro concepto que está muy presente a lo largo del libro -y que me ha interesado sobremanera- es el de invisibilidad de la lesbiana en nuestra sociedad. Ésta puede manifestarse al parecer de dos maneras. Por un lado, son las propias lesbianas las que ocultan su condición por miedo al rechazo de los que le rodean y por otro es la propia sociedad la que decide ignorarlas, no hablar de ellas o no mencionarlas. Este miedo a lo lésbico entre la población masculina principalmente vendría motivado (entre otras razones) porque dos mujeres que se quieren dan al traste en cierto modo con el concepto tradicional de pareja "hetero" en el cual se ha sustentando la civilización desde siempre y que por ello se piensa el único posible. Me parece una teoría bastante plausible la verdad.

En otro artículo Empar Pineda opina -punto de vista que es compartido de forma general por todas las colaboradoras de este libro- que aunque es cierto que se ha avanzando mucho en derechos legales en estos asuntos, la aceptación real de la sociedad española de las lesbianas no es la deseada. Existiría por tanto un desequilibrio enorme entre el pensamiento y actitud real de nuestra población con respecto a gays y lesbianas y la promulgación de una serie de leyes o derechos que los favorecen -el matrimonio entre personas de un mismo sexo- que en teoría serían producto de una país tolerante (con talante) y que no castiga, penaliza o controla las diferentes opciones sexuales de cada cual pero que en la practica resulta ser todo lo contrario. Esto sí que lo he pensado muchas veces: el desequilibrio tan enorme que existe entre tantas reformas sociales y el pensamiento real del españolito de a pie (y no tan de a pie) respecto a las parejas lesbianas o los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Joseph B Macgregor