Las aventuras del caballero Kosmas

Opinión:

"Las aventuras del caballero Kosmas" se vende como una novela de magia y de broma que combina fantasía y humor. Es cierto que tiene toques de fantasía, y que recrea una Europa medieval en la que pululan autómatas, flores mutantes y todo tipo de monstruos. Además, tiene ciertos toques de humor, pero son muy sutiles y no son de los que te hacen reír a carcajadas cuando logras captarlos. De hecho, hay que esforzarse para dar con ellos; son juegos con el idioma y el contexto, elementos que descolocan al lector atento. Pongo énfasis en atento pues, si no lo estás, lo pasas de largo. La novela está salpicada por esa clase de detalles que, sin embargo, al menos en mi caso no han sido suficientes para compensar la maraña de teología, simbología y erudición que es el grueso del texto, al que hay que reconocerle que es muy culto, muy lírico, muy cuidado... Pero, para mí, también fue terriblemente aburrido.

Al protagonista simplemente van pasándole las cosas y sigue adelante con sus búsquedas a lo largo de escenas cortas en distintas localizaciones, con una evolución muy metafísica digna de cualquier obra piadosa medieval pero que no consiguió que ni él ni el resto de los personajes me calaran. Más bien al contrario, me parecieron intercambiables porque no se desarrolla nada especial en referencia a ellos y los puntos de giro se me hicieron forzados. No era eso lo importante, sin embargo, pero, francamente, no me considero lo bastante preparada para saber qué lo era y a dónde quería llegar Joan Perucho con esta historia. Quizás es tan original que no lo entiendo y hay que buscar parte de su gracia en el contexto en el que se escribió, cuando yo aún no había nacido, dentro de los círculos eruditos en los que se movía el autor, que desconozco por completo.

En definitiva, no era para mí, ya que no he logrado encontrarle el punto y me aburrió, aunque sin duda a un público más intelectual le resultará de interés.

Déborah F. Muñoz