Laboratorio lector

Opinión:

Abrir un libro y empezar a leer parece algo sencillo, sobre todo si es algo que llevas haciendo desde hace tiempo y la lectura forma parte de tu vida. Pero entonces abres "Laboratorio lector", de Daniel Cassany, y lo que creías que era algo sencillo está lleno de matices y estrategias que desconocías por completo.

Podríamos decir que estamos ante un libro que no está pensado simplemente para ser leído. En cada capítulo encontramos una invitación a jugar, a descubrir cómo funcionan nuestros ojos y nuestro cerebro, las trampas en las que caemos o las asociaciones de ideas que hacemos sin ser conscientes de ellas. Y digo invitación porque es una propuesta que presupone un acuerdo tácito entre autor y lector: tanto el del cumplimiento de las reglas del juego como el de la curiosidad que te llevará a participar. Hay que darse una oportunidad antes de salir corriendo a pasar páginas para descubrir las soluciones, porque ahí está la gracia: poder sorprenderse.

Hay una gran parte del libro dedicada al proceso de lectura sobre el papel, pero también le dedica un apartado importante a internet y a la lectura digital, pues es algo que ocupa cada vez más espacio en nuestro formato lector. Y resulta interesante, porque, aunque en ocasiones pueda parecer que plantea ideas o preguntas obvia, no lo son tanto. Entre los análisis, la información y los experimentos, encontramos algunas críticas, algunas pequeñas puntualizaciones que nos ofrecen la posibilidad de preguntarnos cosas que damos por supuestas, como por ejemplo el papel que tienen los números en la información que recibimos. A menudo consideramos que cuantifican la realidad de manera más objetiva, ofreciéndonos más información, aunque a veces también sirven para manipular, persuadir o esconder ciertos datos.

Se trata de un libro curioso que presenta una manera distinta de enfrentarse a la lectura. Eso sí, no hay que dejar que cunda el pánico ante la idea de tener entre las manos un libro con experimentos que nos invitan a pensar y a jugar. No estamos en clase. No hay un examen. Simplemente hay una posibilidad de descubrir qué mecanismos se esconden en ese acto tan cotidiano y aparentemente sencillo que es leer.

Inés Macpherson