La voz del Faquir

Opinión:

Hay quien piensa que la narrativa vasca peca de repetitiva al hablar una y otra vez sobre el mismo tema (la lucha armada de ETA) en sus novelas. Aunque esto sea cierto, "La voz del Faquir", a pesar de tratar también temas cercanos, no es una novela prototípica con enfoque social, ni mucho menos. En ella, Harkaitz Cano ha novelado la vida de Imanol, cantante vasco que en un inicio simpatizó con el movimiento nacionalista vasco y puso su voz y su música al servicio de la causa. Con el tiempo, Imanol -cuyo apellido real es Larzabal, si bien el protagonista de la novela recibe el nombre de Imanol Lurgain- huye a Francia y solo vuelve a España con la amnistía de 1977, pero con un gran cambio en sus dinámicas sociales y vitales. Para construir el relato en torno a este cantante, Cano se dedicó durante un tiempo a entrevistar a más de treinta personas que lo conocieron en vida.

La novela se inicia con un prefacio curioso. En él, un personaje y un escritor sin nombre -al que podríamos relacionar con Harkaitz Cano- dialogan sobre la vida de Imanol y hablan sobre un disco que han encontrado, en el que podría estar la primera canción grabada por el vasco. Cano simula y homenajea de manera moderna la antigua técnica del manuscrito encontrado, tan quijotesca, pero adaptada aquí al trasfondo musical de la obra. También el epílogo rescatará a estos dos personajes, pero ahora quizás nos interesa más la trama.

"La voz del Faquir" cuenta la historia de Imanol Lurgain, un joven vasco que a finales de los años sesenta, junto a un grupo de amigos -Juanjo, apodado Tiroceja, y Carmen, de seudónimo Mata Hari-, empieza a penetrar en los círculos de una ETA incipiente como acto de rebeldía ante el régimen franquista. Organizan conciertos clandestinos, discuten sobre filosofía política, comparten lecturas prohibidas y acuden en grupo a los cines en Hendaya, donde la realidad se vive de forma muy distinta. Sin embargo, pronto aparecen individuos violentos con las ideas mucho más claras que esos jóvenes rebeldes: Seiko y otros dirigentes de ETA se muestran a favor de la lucha armada y no tardarán en perpetrar atentados tan conocidos como el asesinato de Melitón Manzanas, el de Carrero Blanco o el de Yoyes -que en la novela recibe el nombre de Lurdes Arakistain-.

El inicio de la violencia y la represión del franquismo llevarán a Imanol a exiliarse en Baiona y, más tarde, en París. Allí se inicia la otra línea temática de la novela, la que recorre las relaciones amorosas del cantante, que vivió obsesionado a lo largo de su vida con Tatiana. Esta joven francesa le enseñó a apreciar los cuadros de Delacroix y las novelas de Marguerite Yourcenar, y lo inició en los ritos del amor más puro. Pero "La voz del Faquir" también nos enseña cómo el éxito es el culpable de alejar a Imanol de todos aquellos a los que quiso y apreció en algún momento, y de mantenernos únicamente en el recuerdo.

En última instancia, "La voz del Faquir" es una novela sobre el arte y la música como herramientas políticas. Harkaitz Cano no se ha limitado a realizar un bello homenaje a Imanol, sino que ha aprovechado la ocasión para reflexionar sobre el valor de la voz ante las ideologías que silencian.

Darío Luque