La Villa de la Seda (La Villa de la Seda 1)

Opinión:

"La Villa de la Seda" es la primera entrega de una serie que lleva su propio nombre "La Villa de la Seda". Su autora, Tabea Bach, nos hará viajar al hermoso Véneto italiano, de la mano de Ángela, una mujer muy especial.

La sinopsis de "La Villa de la Seda" ya anticipa que vamos a encontrar una historia emotiva y con fuerza, pero os puedo asegurar que cualquier cosa que haya podido pensar al respecto, se me ha quedado corta. "La Villa de la Seda" es una historia que me ha cautivado desde la primera página.

Tabea Bach tiene una manera de narrar la historia muy cercana al lector, detallada, amena, y con un sentimiento que consigue traspasar las páginas. He conseguido palpar la angustia, la ilusión, la esperanza, la tristeza y el amor que Ángela siente en cada momento, como si fueran sentimientos propios. "La Villa de la Seda" es una historia muy activa, continuamente están pasando cosas, por lo que el lector enganchará cada una con una pizca de intriga que hace que no decaiga el ritmo y no da pie a parar de leer.

"La Villa de la Seda" es una historia llena de mujeres fuertes, valientes, decididas, que quieren seguir haciendo lo que les gusta, y salir adelante con ello. La principal protagonista es Ángela, pero tanto Tess como cada una de las tejedoras tienen también un importante papel en la novela. Es un detalle que me ha gustado mucho, que la autora no se haya centrado solo en Ángela, y que a la par cada personaje sea tan diferentes unos de otros.

La ambientación que la autora ha elegido me parece mágica. Es un viaje precioso, que ha conseguido que quiera visitar ese pueblo tan idílico de Asenza, o Venecia, y perderme entre sus callejuelas. Aunque en los "Agradecimientos", descubriremos de la mano de la autora en qué pueblo se ha basado para la creación de Asenza.

Ángela es una mujer que, tras un duro golpe, huye, refugiándose en casa de Tess, una muy buena amiga de su madre, que para Ángela es como una tía. Ese viaje sentimental que Ángela realiza, recuperándose, volviendo a sentir, a vivir, me ha impactado. Pero lo que más me ha marcado es que Ángela demuestra que, por mucho que queramos correr y huir, el dolor siempre nos alcanzará. Hay que enfrentar al dolor de cara, pasar por esa época de duelo, para que este no nos pueda acabar devorando. Ángela es una mujer fuerte y valiente, que recupera las riendas de su vida y vuelve a sentirse libre, pero para llegar a ese momento, hay que pasar primero por otros que no son nada fáciles. Ángela demostrará al lector que se puede seguir adelante y reinventarse de ser necesario, pero también que el camino no es fácil, pero eso no nos puede frenar.

Otro punto que descubriremos en "La Villa de la Seda" es la importancia de la amistad, pero también del respeto y de la camaradería. El grupo de las tejedoras es una piña y, aunque al principio recelan de Ángela, esta se las consigue ganar y ser una más de ese grupo gracias al respeto que muestra por ellas, a su comprensión, pero sobre todo por su trabajo.

Me ha gustado mucho el enfoque y los detalles que la autora, Tabea Bach, nos descubre sobre la seda. Desde el inicio con los gusanos y las moreras, pasando por la recolección de la seda, el proceso del tinte para obtener los diferentes colores y por último, el trabajo artesanal para tejer a mano en unos telares centenarios. No resulta nada tedioso leer sobre ello, ya que la autora lo incluye en varios capítulos y de una manera muy amena. El proceso es fascinante y el valor que se da al trabajo artesanal me parece muy acertado. En un mundo en el que todo está cada vez más mecanizado, no se da la importancia necesaria, ni el valor a los productos elaborados de manera artesanal. Cada producto es único, y su autor deja una parte de sí en cada uno de ellos, pero esto cada vez la sociedad lo valora menos. En "La Villa de la Seda" podremos ver lo difícil que es subsistir para este tipo de fábricas y también lo necesario que es reinventarse y darse a conocer de diferentes maneras.

En resumen, "La Villa de la Seda" es de esos libros que me dejan con una sonrisa en la boca cuando lo termino. Estoy deseando poder leer las siguientes entregas, seguir soñando y viajando junto a Ángela y las tejedoras.

Vane Gómez