La vida negociable

Opinión:

"La vida negociable" es la historia de un antihéroe al más puro estilo hispánico: en forma de pícaro. Tras el éxito innegable de "Juegos de la edad tardía", el nuevo protagonista de Landero, Hugo Bayo, es un joven malicioso y con muy poco conocimiento ético para vivir en sociedad. Con una prosa límpida y ágil, Luis Landero narra esta historia en primera persona, como un peluquero que cuenta su vida, dotado de esa labia que solo crece entre tijeras y champús.

Hugo conoce a Leo justo el mismo día en el que descubre el mayor secreto de su madre, y esta coincidencia los convertirá en dos niños cómplices que comienzan a enfrentarse a un mundo adulto como nunca lo habían imaginado. Para sus ojos pueriles, los adultos están llenos de mentiras, falsedades, humillación y corrupción. Eso es precisamente lo que impide a Hugo y a su amiga crecer, debido a una irresponsabilidad crónica.

Ellos, en cambio, jugarán con un elemento que es central en la obra: la imaginación. El único hilo que atará a Hugo a la vida será la capacidad de inventar historias, futuros hipotéticos que lo mantendrán en vilo, esperando a que algún sueño se cumpla. Sin embargo, todos sabemos que "los sueños, sueños son", y más si uno no se esfuerza en cumplirlos. Por lo tanto, la obra se estructura no solo como la explicación de unos hechos empíricos, sino que también se intercalan elucubraciones e imaginaciones que dotan a la progresión narrativa de mayor realismo discursivo.

De hecho, Luis Landero recrea el personaje del pícaro, que todos hemos leído en el "Lazarillo de Tormes" o en "El Buscón" de Quevedo, y lo incorpora a un contexto posmoderno, en el que a priori parecería imposible que pudiera existir. Juega, de la misma manera, con ciertas reminiscencias cervantinas que le dotan de un humor ácido, casi doloroso, como bien debe verse en toda historia de un pícaro, pues uno no puede olvidar que se trata de un antihéroe.

"La vida negociable" es una obra que se lee rápido -pero sin prisas- y se disfruta como si fuera un clásico, una de esas historias que parecen escritas directamente para cada uno de nosotros. A estas alturas, ya es incuestionable que Luis Landero se ha convertido en un consagrado autor de la literatura española, porque él mismo demuestra su nivel en sus obras. Con esta, deja el listón muy alto para la siguiente.

Darío Luque