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La situación y la historia

Ficha realizada por: Darío Luque
La situación y la historia

Título: La situación y la historia
Título Original: (The Situation and the Story, 2001)
Autor: Vivian Gornick
Editorial: Sexto Piso
Colección: Narrativa Sexto Piso


Copyright:

© 2001, Vivian Gornick
© 2023, Julia Osuna Aguilar
© 2023, Editorial Sexto Piso

Traducción: Julia Osuna Aguilar
Edición: 1ª Edición: Noviembre 2023
ISBN: 9788419261694
Tapa: Blanda
Etiquetas: autobiográfica crítica literaria ensayo guía narrativa literatura estadounidense memorias metaliteratura pensamiento sobre escritores sobre literatura sobre libros sobre escritoras no ficción
Nº de páginas: 172

Argumento:

¿Puede un escritor encontrar en su propia historia autobiográfica algo que merezca ser contado? ¿Hasta qué punto puede el 'yo' ser materia prima para un texto de calidad? ¿Dónde termina el contexto y dónde empieza lo que se quiere contar en un texto de no ficción? Estas son algunas de las cuestiones que Vivian Gornick trata de responder en "La situación y la historia", un excelente ensayo sobre el arte de la escritura y, más en concreto, sobre la narrativa personal, un género al que la propia autora ha contribuido con obras tan elogiadas como sus memorias, "Apegos feroces", y su ensayo autobiográfico "La mujer singular y la historia". En esta ocasión, Gornick nos ofrece una excelente incursión en algunas de las obras cumbre de este género, como los ensayos autobiográficos de William Hazlitt, Virginia Woolf y James Baldwin, o las memorias de Edmund Gosse, Agnes Smedley, Geoffrey Wolff, Oscar Wilde y Thomas de Quincey, entre otros.

Sin ser una guía para escritores, este ensayo esconde claves y precisiones sobre la escritura, acompañadas siempre por la mirada sagaz de una lectora exigente.

 

Opinión:

 

No puedo empezar esta reseña de otra forma que no sea recogiendo aquí la definición que Vivian Gornick ofrece de la 'narrativa personal' (lo que nosotros llamaríamos 'literatura del yo'): "De la materia prima del propio yo indisimulado de un escritor, se moldea un narrador cuya existencia sobre la página es fundamental para el relato que se nos cuenta. Este narrador se convierte en personaje". Así es, y desde el momento en que el autor-narrador se convierte en personaje, todo en la obra -desde el tono hasta el ritmo, la elección de las palabras y los recursos escogidos- va encaminado a construir y defender una idea, un tema, un 'algo' que se quiere contar y que muy posiblemente subyace en los orígenes del acto de escritura. Este 'algo' es lo que Gornick denomina 'historia', y que se diferencia de la 'situación' en que esta última remite más bien al ambiente, al contexto o a las circunstancias que acompañan a la historia. Tomando como punto de partida estos tres conceptos, la autora norteamericana propone a lo largo de "La situación y la historia" una aproximación subjetiva y peculiar al género de la no ficción. Para ello, selecciona una serie de obras, tanto ensayos autobiográficos como memorias, a partir de las cuales dibujará una excelente conceptualización del género, incluyendo sus posibilidades creativas, sus desafíos y sus singularidades.

¿Cómo puede un narrador de no ficción llegar a ser digno de confianza? ¿Es acaso imposible la autobiografía sin contexto, sin implicación con el mundo? ¿Hay en toda narrativa personal un descubrimiento por parte del autor en su propia identidad? Estas son algunas de las preguntas que orientan a Vivian Gornick en las primeras páginas del ensayo, y que tratará de responder mediante una atenta lectura y exégesis de dos textos excelentes, y no demasiado conocidos: "Matar a un elefante" de George Orwell y "Mi padre y yo" de J.R. Ackerley. En el primero de ellos, Gornick observa una lograda construcción del personaje autobiográfico, en tanto que Orwell encarna la decencia democrática que mejor se amoldaba a su propósito como escritor. En el segundo, en cambio, lo que observa es la distancia entre situación e historia, pues esta última requiere un esfuerzo mucho más consciente y laborioso que la construcción de un contexto; requiere, según ella misma, la dramatización del yo, que debería ir acompañada de un tono adecuado de voz, de una sintaxis precisa y de un punto de vista que pudiera ser identificado con el autor, sin llegar a ser él al cien por ciento. Tomando estas lecciones como punto de partida, la autora trata de explorar los discernimientos en torno a los cuales cada autor organiza su escritura, pues la hipótesis que atraviesa todo el ensayo es la creación de un personaje, en toda narrativa personal, que estaría al servicio de esos discernimientos.

Tras esta larga y excelente introducción, el primer bloque del ensayo propone un acercamiento al género del ensayo autobiográfico a partir de algunos de sus textos más emblemáticos. "El placer de odiar" de William Hazlitt, "La muerte de la polilla" de Virginia Woolf y "Apuntes de un hijo nativo" de James Baldwin constituyen el punto de partida que llevará a Vivian Gornick a reflexionar sobre el punto de vista en estas obras. En cualquier caso, la autora no se limita al análisis de estos textos, sino que incluye también muchos otros que dialogan con ellos o que ejemplifican otras cuestiones de su interés, como el fiasco de D.H. Lawrence en "¿Cambian las mujeres?" o el componente imaginativo en "Los asesinatos de Trinidad" de V.S. Naipaul. Más adelante, serán textos de Joan Didion ("En la cama"), Harry Crews ("Por qué vivo donde vivo") y Edward Hoagland ("El arrojo de las tortugas") los que permitirán una incursión mucha más precisa en las características de este narrador autobiográfico: en la renuencia con la que llega al conocimiento, en el desengaño y la autocompasión como juegos literarios y en la intensidad de la observación como rasgo identitario de la prosa del yo. Otros ejemplos que terminarán de dibujar esta constelación de ensayos autobiográficos proceden de las obras de Jean Améry, Seymour Krim, Lynn Darling y Natalia Ginzburg, de los cuales la autora cita largos pasajes para que observemos cómo operan ciertos recursos narrativos, tales como la temporalidad o la incertidumbre.

En un segundo bloque, centrado en el subgénero de las memorias, Vivian Gornick ilustra sus teorías y apreciaciones con los textos de Edmund Gosse ("Padre e hijo"), Agnes Smedley ("Hija de la Tierra") y Geoffrey Wolff ("El Duke del Engaño"). En todos estos textos trata de separar la situación -el contexto, el andamiaje de la trama- de la historia, es decir, de aquello que verdaderamente ha llevado a los autores a poner por escrito su testimonio. Gornick se detiene también en obras más conocidas por el lector contemporáneo, como el "De profundis" de Oscar Wilde y las "Confesiones de un comedor de opio inglés" de Thomas de Quincey, dos textos que reflejan la conciencia atormentada de un yo que no termina de emerger. En las últimas páginas de este segundo bloque nos encontramos con la prosa cuidada de Loren Eiseley ("Todas las horas extrañas") y de la siempre necesaria Marguerite Duras ("El amante"). Con esta excelente selección de textos, y la pertinente y prolija lectura que hace de ellos Vivian Gornick, estoy convencido de que "La situación y la historia" es un ensayo destinado a ocupar un lugar privilegiado en los anales de la historiografía literaria o, como mínimo, entre las herramientas que los profesores de escritura utilizarán durante décadas para ilustrar la práctica lectora ante sus estudiantes.

 

Darío Luque

 

 

 

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