la noche sucks

Opinión:

La autora va presentando personajes de forma rápida y continua, sin ahondar en ellos; a muchos les dedica menos de media página y los rescata más adelante. Los seres que desfilan ante el lector son muchos y muy variados, sin aparente nexo de unión, aunque en algunos casos se produce un encuentro cuando sus vidas se cruzan.

Me ha costado bastante seguir el hilo en los primeros capítulos, hasta que he aceptado que ese hilo conductor en realidad no existe. La narración podría compararse a un artículo escrito por un periodista que sobrevolara Albuquerque y fuera enfocando “aquí o allá” determinadas escenas y personas de las que sólo conoce el nombre y poco más. Es una historia circular que perfectamente podría tener cien páginas más o cien páginas menos… Me ha faltado una trama que invite a leer y sumergirse en ese mundo sórdido repleto de seres míseros y sin objetivos. Y me ha costado recordar “quién es quién” en determinados momentos por esa misma razón: Apenas se conoce a los actores que van desfilando puntualmente y de forma rápida.

Creo que una treintena de personajes son demasiados cuando ninguno de ellos resulta -es mi caso- atractivo como persona y se sabe poco de él, cosa que complica establecer una cierta empatía. En mi opinión, la obra habría ganado mucho si, dejando todos esos “flashes” inconexos tal y como están, tres o cuatro seres hubieran ascendido a la categoría de protagonistas, permitiendo a los lectores conocer su vida, sus pensamientos, sus deseos, secretos anhelos o los motivos que los mantienen anclados en una perpetua desesperanza. Sin una trama que capte, sin un personaje estelar al que pueda conocerse y con el que establecer un vínculo, es difícil hallar motivación suficiente para leer páginas y páginas marcadas por la sordidez, la miseria, una existencia muy poco atractiva y bastante deprimente…

No ocurre lo mismo, creo yo, cuando el entorno es grato, feliz y optimista. Ahí podemos prescindir de las tramas y los hilos conductores. No digo con ello que los lectores prefiramos esconder la cabeza ante la realidad, pero sí que a veces es necesaria una cierta conexión con los personajes o un incentivo suficiente para detenerse en esos aspectos poco agradables de la existencia y dedicar un tiempo a revivirlos.

A mí, personalmente, me gustan determinadas lecturas que nada tienen de agradables, y estoy pensando ahora mismo en Dostoievski que, como todos sabemos, escribía obras muy oscuras, mas ahí era posible establecer vínculos con los protagonistas o, en todo caso, analizar o desmenuzar su alma. Y eso es lo que yo he notado en falta en esta obra.

Pero ya se sabe que “para gustos los colores”. Es posible que lo que a mí me han parecido carencias para entrar de lleno en la novela otros lectores valoren como positivo, atractivo por su simplicidad, sin ahondar demasiado en las personas sino en su entorno que, en definitiva, es el protagonista principal.

La novela posee también párrafos muy intensos e interesantes, motivos de reflexión, poemas y algunos toques de sensibilidad… Y aunque no conozco Albuquerque más allá de lo que se puede apreciar a través de las noticias, creo que la autora ha sabido plasmar muy bien la esencia de una ciudad marcada por “la noche”.

Nota: Entre la multitud de personajes aparecen dos adolescentes gemelos. Uno se llama Jem y el otro unas veces Justin y otras Julián (ignoro si se trata de un error de imprenta).

Pilar López Bernués