La niña del cuaderno

Opinión:

Bart Van Es, crítico literario, escritor de varias novelas enfocadas en Shakespeare, profesor en la Universidad de Oxford y miembro del St Catherine's College, realiza una exhaustiva investigación sobre la biografía de Lientje de Jong. Dicho proceso queda recogido en "La niña del cuaderno". Una obra que narra las vicisitudes y la injusticia que predominó en la vida de esta pequeña judía.

"La niña del cuaderno" dista mucho de ser una novela al uso del Holocausto y es contemplada como algo más cercano a un ensayo periodístico, del que el propio lector participa, que narra la historia real de Lien, superviviente de la persecución judía durante la invasión alemana en Holanda.

Bart Van Es entrelaza y relata el proceso de investigación que llevó a cabo; sus viajes, entrevistas, descubrimientos históricos e impresiones, con la vida de Lientje de Jong. Las difíciles situaciones por las que pasó para sobrevivir a pesar de la terrible persecución antisemita y la importancia de la red clandestina de casas de acogida para ocultar a miles de niños como Lien cobran una gran importancia en el contexto de la obra.

El autor, quien persigue el objetivo de descubrir qué tipo de relación une a Lien con su familia, realiza una exhaustiva labor de investigación documental que desvela para sí y para el mundo interesantes acontecimientos ocurridos durante el Holocausto en Holanda. En este libro encontraremos hechos significativos muy poco o nada conocidos y sin duda vergonzantes para un pueblo en apariencia encomiablemente ejemplar.

A través de una prosa directa, ensayista y reflexiva en donde el autor se muestra implicado como personaje principal aportando su visión desde la primera persona, se presenta las cruentas persecuciones hacía los judíos para deportarlos a los campos de concentración, las vejaciones y el menosprecio para los supervivientes al regresar a Holanda, así como las adopciones y acogidas que numerosas familias realizaron durante el periodo de guerras superando registros y amenazas.

Un libro bien escrito que pone en tela de juicio la barbarie de la época, persecuciones antisemitas a cambio de una remuneración económica, impuestos especiales a judíos sobrevivientes y el despojo arbitrario de sus bienes.

Con una sencilla narrativa la obra envuelve al lector de tal manera que, a pesar de la cantidad de información y datos históricos presentados, éste irá aprendiendo, sin darse cuenta, sobre la historia de Holanda, de la posguerra y hasta de actos tan recientes, muestra de violencia e intolerancia, como los acontecidos en represalia a partir de las mundialmente conocidas publicaciones del semanario francés Charlie Hebdo.

Con una trama hilada de manera magistral las vivencias de Lien se intercalan con datos históricos que refuerzan el carácter periodístico, manteniendo una distancia prudente, evitando así que el libro decaiga en el sentimentalismo puro.

Sin duda, el autor logra una obra impresionante. Sin valerse de la retórica la novela transmite la dureza de esa época, plasma la deshumanización de muchos de los holandeses, la desesperanza de la perdida de la familia y con ello la vida e historia de muchos de los supervivientes que fue absorbida por una inestabilidad física y psicológica, así como la falta de identidad, de tradiciones y raíces.

Con el fin de hacer más visual y llegar al lector de una forma directa, se incorporan numerosas fotografías de los implicados, cartas, textos transcritos e imágenes del cuaderno de Lien.

A pesar de lo que pueda parecer, gracias al formato y estructura, la lectura no se hace densa, al contrario, se vuelve interesante y enriquecedora a nivel cultural.

Me ha gustado mucho no solo por la forma tan original e inusual en la que está escrito ni por la cantidad de datos con los que mis conocimientos sobre la Segunda Guerra Mundial han conseguido aumentar, sino que el recorrido tan descorazonador por la vida de Lien, desde la despedida de su familia biológica hasta su adultez ha hecho que mil emociones me recorrieran. La rabia, la impotencia, la ternura, el sentimiento de injusticia, entre otros han estado presentes a lo largo de la lectura.

Un lector sensible no puede evitar emocionarse ante la triste historia de miles de niños, reflejados en Lien, que tuvieron que enfrentarse a un conflicto bélico sin llegar a estar en primera línea de batalla y sin ser conscientes de su realidad teniendo una infancia inusual y alejada de su verdadera familia, con la cual, salvo unos pocos afortunados, jamás volverían a reencontrarse.

Considero que este tipo de historias deben ser recordadas y no dejarlas caer en el olvido o la insensibilidad pues forma parte de un momento crucial en la humanidad y, de forma similar, se repite en otros países en la actualidad.  

No es un libro fácil, pero sí indispensable. Necesaria para el lector asiduo al tema del Holocausto al presentarnos una visión muy particular, aunque tal vez más desgarradora.

Sin duda la recomiendo al cien por cien.

Marisa Costa