La librera y el ladrón

Opinión:

Oliver Espinosa, de profesión abogado, debuta en el mundo de la literatura con una historia en la que pone de manifiesto la obsesión de algunos coleccionistas por hacerse a toda costa con ejemplares literarios únicos en el mundo. Su inspiración llegó al conocer a gente inmersa en el muy oscuro mundo del mercado negro de manuscritos y otras obras.

"La librera y el ladrón" nos adentra en una historia que compromete a tres personajes principales. Pol, que en su adolescencia transita sin futuro en diversos reformatorios hasta que conoce a Marcos y se convierte en ladrón de guante blanco especialista en libros antiguos, Marcos, un anciano con problemas visuales que expolia manuscritos clásicos, y Laura, una joven enamorada de su decadente librería.

Con un lenguaje sencillo, una narrativa culta y ocurrente y un uso excelente de tecnicismos, el autor tiene la buena intención de desarrollar una historia llena de intriga, misterios y aventuras. Sin embargo, la obra queda lejos de esa intención, pues Oliver parece olvidar la trama principal y se centra en llevar al lector por una serie de saltos temporales, muy bien dirigidos, que narran el pasado de los personajes.

A pesar de ello, la novela, con una excelente documentada de fondo, se adentra en los entresijos de la compra venta de libros únicos y que suponen un gran valor cultural para el mundo, dando a conocer los términos de los expertos libreros anticuarios, la expoliación o mutilación de manuscritos y documentos para facilitar su venta o uso privado, el delito de receptación, es decir, la intervención en alguna fase de la venta de un documento bibliográfico robado, o las subastas multimillonarias, entre otros.  

Lamentablemente la historia a pesar de poner de manifiesto el gran bagaje que tiene el autor sobre la temática no explota en absoluto su potencial.

Por otro lado, los personajes mantienen personalidades destacadas y a través de los relatos de su pasado se pretende un mayor dibujo de ellos mismos, sin embargo, no se les da mucha profundidad y carecen de motivaciones explícitas o implícitas más allá de las que se destacan de forma pasajera, algo que no favorece al lector a empatizar con ellos.

La narrativa se vuelve en muchos momentos lenta y carente de interés a pesar de los acertados saltos temporales y esmeradas descripciones. Por momentos te mantiene enganchado y otros te hace desear abandonar la novela, sobre todo pasada la mitad de la obra.

La ambientación por las calles, y algunos lugares emblemáticos madrileños es precisa y envolvente, mas las situaciones en las que se encuentran atrapados este trío protagonista comprometen la novela a una situación carente de momentos dramáticos, inverosímiles y a veces obvios.

Cada capítulo es introducido por un fragmento de alguna obra clásica que advierte al lector, de forma metafórica, sobre lo que ocurrirá dentro del mismo, algo que aporta ese toque cultural y de amor por los libros que intenta transmitir el autor.

En general es una novela con una buena premisa, pero cuyo foco principal se difumina y se deja eclipsar por otros asuntos que ocupan la mayor parte de la trama dando lugar a un final precipitado y sin mucho sentido y misticismo.

Si bien no me ha desagradado sí me ha supuesto una completa decepción, pues no solo no cumple con su catalogación de thriller y novela negra, sino que la premisa indicada en la contraportada no se corresponde con la acción, el suspense y la intriga al más puro estilo Dan Brown que promete.

Las partes que más he disfrutado ciertamente han sido el relato de los robos que recuerdan o cuentan Marcos y Pol. Esa forma de entrar en las librerías, museos y bibliotecas, estudiar la situación o buscar la estrategia perfecta me motivaba a seguir leyendo y me hacía imaginar unas situaciones divertidas y de alta tensión. Sin embargo, el descubrimiento del gran secreto y el resto de tramas y subtramas abiertas me ha aburrido soberanamente.

Aunque todo no ha sido negativo.

Me ha resultado muy interesante entrar en el mundo de los libros antiguos, la compra venta de manuscritos y el trato de verdaderas joyas de la literatura, especialmente si se conoce a través de Dante y su "Divina Comedia", obra de culto en la literatura universal.

Definitivamente, lo que parecía ser una novela vertiginosa por su premisa tan original decae y se hace acopio de una falta de sentimiento, suspense, acción y emoción. A pesar de ello, cuenta con muchos aciertos en la forma de escribir de un autor novel que con los conocimientos y consejos adecuados muy pronto nos sorprenderá gratamente.

"La librera y el ladrón" es una novela que se deja leer fácilmente y entretiene si no esperas una gran obra de misterio. Es una lectura ágil para esos momentos en que deseas desconectar y sumergirte en una historia diferente con la que aprender. Aun así, recomiendo no tener altas expectativas con ella y dejar que sea la propia obra la que sorprenda. 

Marisa Costa