La institutriz real

Opinión:

Marion Crawford, aun siendo desconocida para la mayor parte de la gente, tuvo un papel clave en la formación de la reina de Inglaterra. Esta institutriz decidió no quedar en el olvido y contar su historia, publicando sobre su vida con las princesas, texto que Wendy Holden usó como base para escribir "La institutriz real".

No fue una figura a la que se tratara bien, incluso antes de que la silenciaran por atreverse a escribir sobre su vida con las princesas a pesar de las órdenes expresas de la madre de estas, lo que en su momento provocó un gran escándalo que no se menciona en el libro y que no hubiera estado de más incorporar. Por otro lado, no es que la trataran peor que a otros sirvientes que consagraron su vida al servicio de la familia real y se quedaron sin el reconocimiento que se merecían; simplemente se comportaban (y es probable que se sigan comportando) así, y todos sabían que eso era lo que había cuando entraban a trabajar ahí.

La figura de Marion, en sí misma, no es especialmente destacable: es una joven que quería consagrarse a la educación de los pobres, pero, en cuanto tuvo contacto con la familia real, se vio absorbida por ellos y prácticamente dejó de tener vida personal o capacidad de decisión. De hecho, en algunas partes del libro casi parecía que tuviera síndrome de Estocolmo y rara es la escena en la que sale del ámbito de las casas donde se aloja la familia real y tiene contacto con el mundo exterior, del que se la nota desconectada.

Sí que intentó que las princesas tuvieran contacto con la normalidad y con la gente corriente, pero siempre fue en un entorno muy controlado y por poco tiempo, por lo que era más un juego para ellas que algo que les permitiera abrir los ojos a la realidad a las que eran ajenas; al menos, eso dejan traslucir las pocas escenas en las que interactúa con las niñas sacándolas de su zona de confort. No obstante, sí que tuvo que tener, por fuerza, una gran influencia en las pequeñas, porque las educó ella y las conocía mejor que su propia madre.

En cualquier caso, la figura de Marion es una excusa para mostrarnos la vida de esa familia tan excéntrica y alocada que al final acabó en el poder gracias a la abdicación del primogénito. Los personajes están muy bien trazados y son coherentes con lo que se ha filtrado sobre sus carácteres. De la mano de la institutriz, compartimos con ellos sus costumbres cotidianas, sus temores y sus inseguridades, y conocemos de primera mano los grandes cambios que sufrió la familia y cómo afectaron al carácter de las niñas, principal preocupación de Marion.

Vamos, que es una perspectiva diferente de la familia real, ya que se narra desde dentro, no desde el exterior, por lo que nos encontramos detalles desconocidos porque ocurren entre bambalinas. También es interesante para los amantes de la historia, porque está muy bien documentado y narra acontecimientos importantes, así como para el público general, porque es ameno.

Déborah F. Muñoz