La insensata geometría del amor

Opinión:

Anika Lillo

En la faja de portada, Rosa Montero escribe: "es una novela que te lleva por su lectura como quien navega velozmente por un río, con una historia a veces tierna, a veces desgarrada, por momentos desternillante y, en su conjunto, caliente y agitada como la vida misma".

Tras cerrar la tapa del libro lo primero que hice fue decirle a Susana Guzner que se me había quedado cara de tonta, que estaba alegre, que no sabía si enfadarme por algo que ocurría al final, que... ¡tantas emociones! Y es que si bien la novela te arrastra irremediablemente a su lectura, llega un momento en que te resulta imposible abandonarla unos minutos: es un torbellino, una novela de intriga in crescendo que te llama a gritos desde la mesa donde la has dejado descansar. 

La insensata geometría del amor es una novela pulcra, con una calidad y riqueza de palabras que se agradece muchísimo pues la lectura es más agradable y así, además, se desmarca automáticamente de la mal llamada "novela de género lésbico". Que las protagonistas son lesbianas es obvio, pero el talento de Susana Guzner la convierte en una novela con nombre propio, alejada de etiquetas. Ofrece la intriga en las dosis justas, consiguiendo que en ningún momento deje de interesarte, y te haces tus propias historietas para darte de cabeza contra ellas, porque al final seguro que te sorprenderá. Añadidle a esto que además de estar muy bien escrita describe con maestría a los personajes mediante sus actos y conversaciones. Desde luego es una novela que yo personalmente recomiendo y que esa parte de intriga que tiene me ha recordado un poco a La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón. Si la has leído sabrás a qué me refiero: dosis justas de intriga para engancharte, aunque en este caso con un solo personaje. ¡Y vaya si engancha! Cuando llegas a las últimas páginas no lees, ¡devoras!

Anika Lillo