La huella de un beso

Opinión:

Los libros de Glattauer se leen sin esfuerzo. Apenas hace falta concentrarse, porque todo sucede ante los ojos del lector de la manera más natural, incluso en las más estrambóticas situaciones. También sabe sorprender al lector con caídas inesperadas que obligan a sonreír, cuando no a reír abiertamente. Y es que su encanto reside en la manera de narrar, más que en la propia historia.
 
Con el ingenio chispeante al que nos tiene acostumbrados, y después de obras como Contra el viento del norte y Cada siete olas, Glattauer cambia ahora el romance cibernético por algo más tradicional, pero nunca menos original. Me sigue impresionando la sencillez argumental e incluso formal de este autor, dotado de unas especiales facultades para atrapar la voluntad con su narración directa y sus personajes sinceros, algo patéticos e inmersos en un mundo en apariencia liviano, que él construye a base de cotidianeidad.

Maestro de la ironía, en las páginas de La huella de un beso nos ofrece la inevitable crítica social, que a veces se erige en protagonista. Bajo la óptica de este narrador, el mundo es un esperpento, y los seres que lo habitan, desde el atractivo protagonista hasta su perro, son deformaciones casi grotescas de lo que somos. (Acaso la deformación esté en los ojos de quienes se consideran normales.) Los personajes son perdedores, pero simpáticos; estrafalarios pero adictivos. Tal vez sea porque se nos parecen demasiado.
 
Un detalle curioso es el especial protagonismo de que goza a lo largo de toda la novela la climatología, que bien podría simbolizar el destino, lo inevitable, aquello que se escapa de nuestras manos y nos condiciona. Parece ser ella, y no otros factores, la que determina con sus vaivenes el devenir de los protagonistas, además de resultar un apoyo fundamental para el atinado sentido del humor que ambienta la obra.
 
Glattauer exprime la esencia de lo cotidiano sin grandilocuencia, a base de un ocurrente sentido del humor, y con ella crea una composición que deleita y entretiene. No es autor de historias trascendentes, de mitos épicos o trágicos. Nos relata lo que somos y lo que hacemos; nos empuja a reírnos de nuestra estupidez, y nos muestra con naturalidad que hasta en los más insignificantes detalles de nuestras rutinarias vidas puede haber toda una historia escondida. 
 
José Antonio Carbonell Pla

suckeyv

En principio cayó en mis manos "Contra el viento del norte", que me pareció un libro genial, novedoso en la forma de redactarlo y que engancha al lector, lo leí de una sentada. Afortunadamente cuando lo descubrí ya había salido "Cada siete olas", y pude continuar con la historia de Emi y Leo.

Al terminar esos dos, me puse a buscar cualquier otro libro del autor, y encontré "La huella de un beso", la historia me gustó mucho en general, pero al leerlo he tenido que saltar varias veces los párrafos que describen su asco por los besos, me resultaron bastante desagradables.