La herida

Opinión:

Esta novela es descarnada, demoledora, que exhibe sin pudor alguno una manera perversa y corrupta de entender el poder, que representa un desprecio absoluto por la vida humana y que consagra el principio de que el fin justifica cualquier medio por bajo y ruin que sea.

Con unas elecciones que sirven de muestrario de las desvergüenzas, las trampas, el juego sucio, la corrupción de las instituciones, el sometimiento al poder, por el miedo o el dinero, o incluso ambos de la mano, en el que la vida humana se convierte en anécdota o excusa. Asesores, intermediarios, empleados, pistoleros, espías, familiares, sobornados, funcionarios, periodistas, incluso religiosos o líderes delincuentes de barrios marginales, se unen en esta obra para componer, entre otros, una radiografía del poder desmadrado, excesivo, sin límites ni condiciones, al servicio de las más bajas pasiones sustanciadas en el poder.

Una novela con una intensa carga de profundidad, porque recorre diversos escenarios, inicialmente sin relación alguna en esa ficción de realidades paralelas que es la sociedad contemporánea, que sirven a la causa de un retrato tan cortante y eficaz como un bisturí de la fealdad más radical de lo peor de nuestras convivencias colectivas cotidianas.

Es una obra intensa, muy bien narrada, con un ritmo que conduce al lector a una realidad vista por los ojos de un protagonista fatalmente arrastrado, atropellado por sus circunstancias y por un ambiente que le empuja hacia los márgenes de una sociedad exhausta en sus límites.

Una historia en la que el amor, el sexo, la violencia, forman parte de un coro en el que cada uno juega un papel diferente, pero que ofrecen una realidad de conjunto que armoniza en una pesadilla oscura. Este es un libro de sombras, de morales esquivas, de sucesos que son consecuencia de maniobras y hechos no muy distantes, como un preciso algoritmo en el que nada ocurre casualmente y las casualidades no existen. Una buena novela para gozar con un retrato en negro de lo peor de nuestros mundos, cuando se cruza la línea del crimen de Estado. No dejen de leerla, es literatura de la buena.

Jorge Riet