La glándula de Ícaro

Opinión:

"La glándula de Ícaro" recopila seis relatos y una novela corta de Anna Starobinets, de quien también hemos reseñado "Tienes que mirar" y "La guarida del lobo". Junto al título aparece también lo que sería un subtítulo, presente también en la publicación original en ruso, "El libro de las metamorfosis". Para el título original he optado por la transcripción en alfabeto latino, aun cuando en el libro han mantenido el alfabeto cirílico, para evitar problemas de carga de la página.

Son historias publicadas originalmente en 2013 y que un año después fueron traducidas al español; por eso en algunos sitios se puede leer que se trata de una reedición, ya que además en ambas ediciones es la misma persona quien consta en los créditos de traducción.

Ahora nos llega de nuevo con esta edición de Impedimenta, editorial donde también se puede encontrar "Tienes que mirar", un dramático testimonio de la propia autora sobre los procedimientos y las dificultades para abortar en Rusia, que tuvo que ir a Alemania, donde, aunque fuese igualmente doloroso, pudo asumir el duelo por el hijo perdido.

Como en toda recopilación, las sensaciones percibidas con cada historia podrán ser bastante diferentes y así me ha ocurrido también en esta ocasión; ahora bien, como son pocos títulos, paso a comentar sobre cada una:

Empieza con el relato que da título al libro, "La glándula de Ícaro", con una sociedad distópica en la que es norma la extirpación de esa glándula, vestigial en el sexo femenino, pero problemática en el masculino, por lo que las operaciones están incluso programadas, pero, ¡ay!, también puede haber complicaciones, del todo indeseadas.

Sigue con "Siti", que retrata las sensaciones y la experiencia que se podría encontrar cualquier persona al llegar, por fin, y permanecer un tiempo en la gran ciudad soñada, que siempre ha ofrecido una imagen llamativa y colorida, pero que en el día a día puede suponer un chasco monumental.

"El lazarillo" me ha despistado bastante, que ha habido muchos momentos en que no sabía a qué atenerme. Esa historia de un guionista convocado por el productor artístico y el director, ambos bastante raros, por decirlo finamente, de un proyecto que se me escapaba, que no llegué a comprender, me resultó demasiado abstrusa.

"El parásito" tiene miga, es una historia que se las trae, con esa criatura en medio de su propia metamorfosis, mientras a su alrededor se ha montado un circo religioso y mediático. Por cierto, si ya el desarrollo es muy interesante, el desenlace es apoteósico.

"La frontera" se me ha quedado corta, con un final abierto, donde no se ha llegado a definir hacia dónde conduciría, de manera que me ha parecido inconclusa.

"Delicados pastos" es rarita con esa pareja, condenada a muerte según parece, que busca tener algo después, aunque sea una vida extraña, diferente. Me he perdido un par de veces en su lectura y al final no sabía lo que había pasado exactamente.

Cierra el libro "Spoki", que personalmente califico de novela corta, pues son algo más de setenta páginas, con una historia que juega con lo real y lo virtual de una manera que llegas a dudar de todo, tanto de los personajes, como de lo que les rodea en ese mundo en que los asistentes virtuales parecen marcar la vida de las personas y su propio desarrollo desde la infancia.

Tal como me ha parecido, es un libro para degustar poco a poco, por mi parte recomiendo ir leyendo una a una cada historia, para que el lector perciba todo lo que le pueda transmitir.

Selin