La deshonra de Sarah Ikker

Opinión:

Selin 

La novela muestra con crudeza las corruptelas que se extienden entre buena parte del estamento policial. También el aprovechamiento de las circunstancias en beneficio propio para subir de manera mucho más sencilla en el escalafón. Hasta el mismo protagonista está salpicado.

Cuesta encontrar un personaje limpio, tal vez haya alguno, pero está tan escondido que no he sabido encontrarlo. Y es que, desde el principio, ya se ve cómo se manejan, incluso a cara descubierta.

Tal vez a primera vista haya quien lo parezca, pero, analizando con detenimiento los detalles que se cuentan en la historia, todos tienen cosas que ocultar. Más o menos graves, aunque sea que actúen así por hacer simplemente lo que se espera de uno o por la propia supervivencia, siempre hay algo turbio.

Aunque la investigación vaya avanzando, más bien lentamente, son los problemas de los personajes los que llenan la trama, con un escaparate de debilidades, bastantes, y fortalezas, por decirlo así y que son escasas.

Entre medio, los detalles del caso están esparcidos, a modo de señales dejando un rastro, siempre visibles para el lector, aunque reconozco que me ha costado unirlos mientras seguía la trama, intrigante con su planteamiento, sin concesiones con los personajes, retratados en su realidad cotidiana

"La deshonra de Sarah Ikker" me ha parecido una buenísima novela, que me ha enganchado con una historia oscura, con sus personajes llenos de dobleces, en una lectura muy interesante y atractiva.

Selin

Jorge Riet

El gran oficio literario de Khadra nos ofrece ahora esta novela que, además de su evidente calidad literaria, nos sumerge en la sociedad marroquí, y muy especialmente en las tramas de poder y corrupción de sus élites y su sistema policial.

Con la excusa de una agresión a la mujer de un oficial de policía, Khadra nos sumerge en la realidad cotidiana de un país sometido a reglas que emanan no tanto de códigos escritos, sino de consolidadas prácticas intergeneracionales, en las que tiene un especial protagonismo una corrupción institucional perfectamente organizada.

Y además nos permite acceder al mundo del rígido clasismo social que domina la sociedad marroquí, donde el origen familiar y geográfico marca desde la cuna, salvo que el destino tuerza su rumbo por un raro golpe del destino, una arbitraria decisión de alguien con poder, o por formar parte de esa autoridad pública cuya fuerza se ejerce con la manga ancha de la permisividad institucional sólo limitada por los privilegios de los poderosos.

Khadra vuelve a demostrar su calidad narrativa en esta novela, consiguiendo que el lector se adentre en la fuerza de esa historia, atrapado en pos de un enigma, y a la vez sorprendido por la profundidad del diagnóstico social que se sirve en esta novela. Porque el argumento construido sobre un crimen perpetrado contra alguien que pertenece al estrecho universo de la élite policial, actúa de manera extraordinaria como un magnífico instrumento narrativo, porque permite que afloren los matices de una sociedad perfectamente estructurada, especialmente los referidos a sus huidizas sombras.

La obsesión del protagonista por aclarar el crimen perpetrado contra su cónyuge, es cómo un explorador que con su machete desbroza paso a paso la cruda realidad de escurridizos equilibrios sociales, de abusos de poder perfectamente estratificados, de silencios y miedos que chocan con la implacable realidad, desdibujando las líneas de lo correcto, porque la moral se define como una consecuencia de la autoridad.

Una buena novela, intrigante, de fácil lectura, eficaz y precisa como artefacto narrativo, sin florituras literarias.

Extraordinariamente útil para conocer mejor la compleja sociedad marroquí, y, sobre todo, para disfrutar de una obra literaria de gran interés para el lector de nuestro país, por su localización geográfica y contenido de su trama. Un  libro de evidente calidad e interés.

Jorge Riet