La dama que se transformó en zorro

Opinión:

David Garnett (1892-1981), conocido como Bunny, fue un reputado editor y novelista británico que alcanzó su mayor popularidad precisamente con "La dama que se transformó en zorro". Pertenecía al conocido como Grupo de Bloomsbury. Fue amante del pintor Duncan Grant a quien dedica la novela. Posteriormente, Duncan Grant fue amante de la también pintora Vanessa Bell (hermana de Virginia Woolf) con quien tuvo una hija, Angelica Bell (el marido de Vanessa, Clive Bell la reconoció como hija suya). Cuando nació Angelica, David Garnett aseguró que se casaría con ella y así lo hizo cuando ella tuvo veinte años. La pareja tuvo cuatro hijos antes de divorciarse.

"La dama que se transformó en zorro" es una historia de transformación, o mejor dicho, de transformaciones; una fábula fantástica que se presta a muchas interpretaciones.

El autor presenta la historia como verídica en un intento de colocar al lector en la mente del marido, un hombre que, fiel a su clase y su educación, acepta la transformación de su esposa en zorro con estoicismo. Así asistimos a la angustia, la frustración y la desesperación del hombre ante el insólito cambio sufrido por su mujer. Asombra su capacidad para el autoengaño que podría simbolizar la dificultad de aceptar a los seres que amamos tal y como son. Desde este punto de vista la obra se puede entender, como indica John Burnside en el postfacio, como una crítica al hombre acomodado educado en la tradición victoriana, como el triunfo del amor sobre todos los obstáculos con los que se pueda encontrar y el poder transformador del amor.

Si contemplamos la historia desde el punto de vista de la esposa, su transformación en zorro parece representar una mujer que anhela la libertad de actuar fuera de los límites marcados por la sociedad y, a medida que cambia, su marido intenta mantenerla dentro de los márgenes establecidos.

Para mí es evidente la existencia de un hilo metafórico que equipara la independencia femenina con la promiscuidad y la locura. Así, la historia se transforma en cuento acerca del reino salvaje de lo femenino que escapa a la racionalidad de lo masculino, con un cierto toque misógino.

También puede verse como el enfrentamiento de la sociedad humana con la naturaleza. Como comentaba al principio, las interpretaciones pueden ser infinitas porque estamos ante un relato claramente simbólico.

El autor utiliza el humor, la fantasía, la alegoría y el realismo para hablar del dolor, la fidelidad conyugal, el amor y la muerte, con un estilo lento y sinuoso que otorga fuerza a la narración, amena y de fácil lectura.

Jaci Alía Arreche