La ciudad del alma dormida

Opinión:

La trama que tenemos por delante transcurre desde el año 1935 hasta años después de la guerra civil española. Los personajes nos hacen de guías por diferentes escenarios de la capital bilbaína para mostrarnos parte de su historia más viva, la de las gentes que la habitan. De esa forma, acudimos a la calle San Francisco, lugar conocido por llevar ejerciéndose la prostitución varias décadas; allí, hallan el cadáver de una joven prostituta asesinada de forma brutal, atada de pies y manos, cosida a puñaladas y con el arma homicida introducida en la vagina; una situación que hace pensar en algún motivo personal. Un delito más que se sumará a la larga lista de una ciudad, Bilbao, en apariencia burguesa pero que estaba creciendo por el empuje industrial.

Durante la narración, el autor no deja pasar la oportunidad de hablarnos de su ciudad y de mostrarnos abiertamente sus señas de identidad: el Athletic, el remo o la pelota vasca, la gastronomía o las sobremesas donde no puede faltar una buena partida de mus; ingredientes habituales de sus novelas. De su mano, completamos una ruta turística donde nos dejaremos caer por el Arenal, el Teatro Arriaga, las siete calles, el café Iruña..., y tantos otros sitios que seguro nos hacen evocar tiempos pasados a sus visitantes, ganas de volver y la promesa de conocerlo a quienes no han tenido la oportunidad. La portada es toda una invitación.

También forman parte de ese Bilbao en expansión los alemanes que se asentaron después de la Gran Guerra y que invirtieron su dinero en la explotación de minas de todo tipo, industrias que cambiaron la fisonomía de las poblaciones limítrofes a la capital y que trajeron consigo algo más que futuro, también esos ideales contrarios a la República: caldo de cultivo del fascismo que campó a sus anchas años más tarde.

Unas pinceladas, antes de meternos de lleno en un relato que nos llevará a las puertas de una ciudad a punto de sufrir los peores momentos de su historia. El alzamiento, que desencadenó la guerra civil española, vino a convulsionar más un panorama político que nunca fue sencillo. La apuesta por seguir apoyando al bando del gobierno republicano trajo muchas consecuencias negativas, entre ellas los bombardeos de Gernika, donde los nazis, aliados de los franquistas sublevados, llevaron a cabo la matanza de civiles inocentes. Un episodio triste, tratado con cautela en la narración para no herir sensibilidades, pero sin dejar de poner los puntos sobre las íes.

La investigación policial queda relegada a un segundo plano y se funde con los hechos históricos, para, una vez terminada la guerra, retomarla y vivir un desenlace de alta tensión con nuevos asesinatos igual de violentos.

Un documento estremecedor al que Félix G. Modroño le ha echado coraje y muchas ganas de transmitir parte de esas pequeñas y grandes historias que seguro ha escuchado con atención en su afán por dibujar la ciudad de Bilbao al máximo, dejando claro que las muchachas de ojos grises, al igual que la ciudad del alma dormida, son parte de la esencia que se respira en el ambiente.

Los personajes de Irene, Ignacio, Koldo y Kepa contribuyen con sus historias de amor eterno y amistad sin fisuras, tan solo empañadas por los acontecimientos de las dos guerras. Sus vidas, truncadas en la cárcel o en el exilio, nos llegan a través de una narración coral que nos deja el dibujo definitivo de una época.

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