La ciudad de las almas tristes

Opinión:

Javier Márquez Sánchez nos presenta en "La ciudad de las almas tristes" una novela negra original y diferente; una novela cuyo telón de fondo es la ciudad de Sevilla en plena Semana Santa. Y es que Sevilla es un poco la segunda protagonista; una ciudad que se revela muy diferente a la que aparece en las guías turísticas, muy lejos de los tópicos, "Sevilla suena a blues y huele a soledad": La verdadera ciudad de las almas tristes.

Siguiendo la línea más clásica de la novela negra, la trama de la novela se centra en la corrupción; en un tema de corrupción política en la que se verán implicados periodistas y políticos locales y autonómicos, en lo que es un verdadero retrato muy realista de la sociedad española y andaluza de las últimas décadas.

Su protagonista no es un detective al uso, sino un periodista sevillano reconvertido por necesidad en "informador privado", José Luis Ballesteros, una especie de Sam Spade a la española. Personaje solitario, escéptico y descreído, el protagonista ha caído en desgracia y ha tenido que huir de su ciudad tras haber intentado destapar sin éxito una trama de corrupción y abuso de menores. Se trata de un personaje muy atractivo, íntegro a su manera, directo y con un ácido sentido del humor, que constantemente refiere anécdotas y frases de conocidos toreros. Él será quien nos presente la ciudad, que recorremos deteniéndonos en los bares más populares; bebiendo cerveza Cruzcampo en el Blusero del Alba y degustando los bocados más típicos de las gastronomía sevillana, como los montaítos de pringá o las croquetas de Casa Ricardo, todo ello con la música de fondo de la guitarra de Muddy Waters o las canciones de Triana y José Mercé.

Una novela estupenda, ágil y muy amena, que nos recuerda al noir más clásico de Dashiell Hammett en versión andaluza.

Celsa