La chica del tren
Título: La chica del tren
Título Original: (The girl on the train, 2015)
Autor: Paula Hawkins
Editorial:
Planeta
Colección: Planeta Internacional
Copyright:
© Paula Hawkins 2015
© Editorial Planeta, 2015
Traducción: Ángel MontotoEdición: 1ª Edición: Junio 2015
ISBN: 9788408141471
Tapa: Dura
Etiquetas: malos tratos alcohol investigación policiaca literatura inglesa novela thriller thriller psicológico suspense falsas apariencias depresión pérdida de memoria infidelidades traición mentiras
Nº de páginas: 496
Argumento:
Rachel toma cada mañana el tren de las 8.04 para trasladarse de Ashbury a la estación de Euston en Londres. Cada día se entretiene con el mismo paisaje y cuando el tren se detiene en el semáforo unos instantes ella observa el interior de las casas que pueden verse desde la vía. A las 17.56 toma cada tarde el tren de regreso, deshaciendo el camino recorrido, día tras día.
Para evadirse de la tristeza de su propia vida disfruta observando la felicidad de los demás, pero es una pareja muy concreta la que llaman su atención, parecen tener lo que ella tuvo un tiempo atrás, antes de su divorcio. Pero una mañana, un 12 de julio, Rachel ve en esa casa algo que no cuadra, y aquel descubrimiento pondrá su vida patas arriba.
Opinión:
De vez en cuando el cuerpo te pide un best-seller. Me alegro de haber escogido esta novela, porque he disfrutado con su lectura. En algunos momentos me ha recordado a "Perdida", cuando te encuentras con un giro en la historia que te desconcierta y te hace dudar de todos los personajes y barajar todas las opciones distintas. Sin embargo, he de decir que el de Gillian Flynn me resultó más sorprendente.
La protagonista de esta novela es Rachel, una mujer a quien su divorcio ha sumido en un incontrolable alcoholismo aderezado con una profunda depresión. Al conocer su historia y las bofetadas que la vida le ha dado, llegamos a comprender cómo ha podido caer tan bajo, pero (al menos, para mí) resulta muy difícil ponerse en su piel. Lo más claustrofóbico de vivir una situación así son las pérdidas de memoria provocadas por el exceso de alcohol. Me cuesta mucho entender cómo una persona puede caer día tras día en esa misma trampa, siendo al mismo tiempo tan consciente del daño irreparable que se está haciendo a sí misma y a los demás.
Rachel toma cada mañana el tren de las 8:04 para ir de una localidad de la periferia hasta el centro de Londres, y en el trayecto se entretiene observando las casas junto a las vías y a las personas que viven en ellas. Se fija especialmente en una pareja idílica, a los que ve desayunar cada día, y les inventa unas vidas, unos nombres, unas profesiones, unas historias que la ayudan a evadirse para huir de la agonía de su realidad.
Una mañana, al pasar con el tren, ve algo fuera de lugar: la mujer de sus ensoñaciones, con su pareja perfecta y su vida ideal, se está besando con otro hombre. Eso la deja profundamente desconcertada, y se obsesiona. No puede dejar de pensar en ello. Le duele que esa pareja pueda tener problemas, y eso de alguna manera hace salir a flote el dolor por su separación, un trauma que no consigue superar, porque resulta que en el trayecto que hace cada día con el tren también puede ver algo que la tortura profundamente: cómo su marido ha rehecho felizmente su vida.
Rachel tiene lagunas en su memoria. Debe ser espantoso levantarte por la mañana con un dolor de cabeza terrible y sin tener ni idea de dónde has estado, con quién, qué has dicho, qué has hecho, cómo has regresado a tu casa... Y ella no tiene más remedio que rellenar esos espacios en blanco con lo que los demás le explican, o con los indicios que puede reunir, como una detective que deshace sus pasos en busca de sus recuerdos.
Este estilo de vida a pesar de agobiante e insuflado de desesperación, para ella es de lo más habitual, se acostumbra a vivir con ello, sin embargo, cuando descubre una noticia con la foto de la chica que ella suele observar, todo su inestable mundo se tambalea. Megan ha desaparecido y Rachel cree que es su obligación ayudar. Está convencida de que lo que sabe puede servir para que la encuentren.
Este libro está construido con voces femeninas. Conocemos las reflexiones y vivencias de la protagonista en primera persona, desde su punto de vista, que se va alternando con los testimonios de otras dos mujeres, Megan, la desaparecida, y Anna, la nueva esposa del ex marido de Rachel.
Poco a poco veremos cómo las historias se entrecruzan y mediante una lectura adictiva, vamos desvelando los misterios que ya se han ido planteando en las primeras páginas. Valoramos todas las opciones a medida que avanzamos, y aunque a partir de cierto punto, las pistas ya apuntan a una dirección, es cierto que el final sorprende mucho si lo comparamos con la idea que nos habíamos hecho en el enfoque inicial.
Es un buen libro para evadirse, para sumergirse en un thriller psicológico que va a ocupar nuestros pensamientos cuando no estemos leyendo, revisando mentalmente lo que sabemos, lo que conjeturamos, lo que esperamos de la historia. Y creo que lo mejor es llegar a ella sin haber leído nada, o casi nada, sobre su contenido para poder disfrutar de las sorpresas y de los giros que nos proporcionará.
Ana Olivia Fiol Mateu
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Comentario de los lectores:
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