La chica a la que no supiste amar

Opinión:

Marta Robles me sorprendió mucho con su novela "La mala suerte" que fue publicada por Espasa el año pasado. De nuevo, de la mano de la misma editorial, nos trae un nuevo caso que ha de resolver el inspector Tony Roures. "La chica a la que no supiste amar" es su título y he de decir que, si "La mala suerte" era buena, esta aún lo es más. 

Es una novela negra, pero no deja a un lado la crítica social. Esta, de hecho, es palpable desde el principio. Una crítica necesaria, valiente y decidida que pone sobre la mesa temas que muchas veces preferimos olvidar o cerrar los ojos ante ellos: trata de mujeres, prostitución, explotación, emigración ilegal, pateras, drogas...

También es una historia que te remueve por dentro. Marta Robles no da tregua al lector, no rebaja la tensión ni una décima de segundo. Desde el inicio, brutal e impactante, mantiene en tensión al lector haciendo que se remueva y sienta, muchas veces, impotencia al ser testigo de lo que le sucede a los personajes. Esto, en cualquier novela pero más en la negra, es lo que hace que sea buena, que no sea un mero folletín lo que estás leyendo, sino que te haga sentir,

Todo arranca con el asesinato, a sangre fría, de Blessing una prostituta nigeriana, operada de cáncer de pecho. Alguien le dispara un tiro en la cabeza a bocajarro en la habitación del prostíbulo donde trabaja, El Cocoa, uno de los más importantes de la provincia de Castellón. Su asesinato será investigado por Tony Roures a petición de un amigo: Alberto Llorens, que mantenía una relación con la chica. A Roures ya lo conocemos por las novelas anteriores. Es un tipo que no se deja acobardar, que se mantiene seguro en su investigación, en atar pruebas y resolver casos. En esta nueva novela sigue manteniendo una relación con la jueza Carlota Aguado, pero esta va a dar un giro inesperado. Roures tiene un cierto aire a esos detectives del cine negro como Bogart, o al menos, a mí me lo recuerda. Es un hombre sensato e inteligente al que no se le escapa ni una y al que tampoco parece que le sorprenda lo que descubre a veces.

A él acude Alberto Llorens. Ambos se conocen de antes, fueron compañeros cuando Roures trabajaba como reportero de guerra. Es un personaje que desconcierta un poco. Tiene una doble cara. Aunque está casado, mantenía una relación con la víctima, por eso quiere averiguar la verdad, que se sepa quién ha sido el autor y que ella no quede en un mero cadáver al que nadie hace caso. Llorens no es tan inteligente como Roures. Muchas veces te da la sensación de que hace las cosas al ritmo que le marcan otros.

Junto a ellos dos hay otro personaje que tiene mucha importancia: Blessing. Aunque muere al iniciarse la novela, a lo largo de ella hay varios saltos en el tiempo en los que conocemos su historia, cómo vivía en Nigeria, por qué se marchó de su casa, cómo fue a parar a El Cocoa. La historia de Blessing es la historia de muchas mujeres que vienen aquí engañadas, especialmente las africanas. Es muy duro leer su historia, pero te ayuda a entenderlas mejor. Todo lo que Marta Robles cuenta es verdad, ella misma lo explica en el epílogo. Nos dice que se inspiró en el testimonio de nigerianas que conoció, sabe de lo que está hablando. Por ello, solo por esto, se ha de leer esta novela.

Me gusta mucho el estilo narrativo que tiene. Todas sus novelas tienen una base documental. Se nota que se ha documentado muy bien, que sabe de lo que está hablando. Es un estilo narrativo muy directo. No se anda con rodeos ni trata de edulcorar la realidad. A mí esto me gusta, es aquí donde radica esa crítica social de la que hablaba. La novela se lee rápidamente, es una historia que logra enganchar desde el inicio, hasta el final no averiguas quién y por qué se ha cometido este asesinato. Es una historia en la que todos, en algún momento, son sospechosos, lo que le añade más intriga.

"La chica a la que no supiste amar" es una de las sorpresas del año. Muy buena, y hasta ahora la mejor que ha escrito su autora.

Ysabel M.