La centrocampista murió al amanecer

Opinión:

Libros Cúpula, perteneciente al Grupo  Planeta, imprime en papel la obra ganadora de la segunda edición de 'El Premio Carlos Matallanas' de novela breve. Entregada a principios de marzo de 2020, este galardón nació en honor a Carlos Matallanas, periodista y futbolista, que día tras día lucha incansablemente contra la ELA. El ganardón une cultura y deporte, y en esta segunda edición contó con un jurado ilustre: Vicente del Bosque, Juan Cruz, Marta Robles y Fernando Schwartz. 

Se trata de un thriller policíaco donde el sexo femenino centra toda la atención. La fallecida es una futbolista, quien a su vez pertenece a un equipo de fútbol femenino madrileño; las personas que investigan el homicidio son una inspectora y una subinspectora. Todas ellas mujeres solteras o divorciadas, que viven alejadas de cualquier relación sentimental o de cualquier estabilidad emocional. En esta línea, la novela es un ataque a la situación precaria del fútbol femenino profesional, el cual, en el momento en que el libro fue escrito, carecía de convenio (que no llegó hasta hace bien poco, más concretamente en agosto de 2020). 

A nivel literario, a la novela le falta. Posee un dinamismo lento, que se despista y se distrae en momentos o acciones que copan páginas pero no mensajes ocultos o entre líneas. Sus pocos personajes son un tanto planos y poco reales, con un narrador omnisciente que no consigue transmitir emociones o trasladarlas más allá de la historia. De hecho, se asemeja más a una crónica que a una novela negra, con una estructura muy líneal y bastante previsible que carece de los ingredientes necesarios para crear suspense y misterio. Su mensaje, apropiado a los tiempos que vivimos, se queda corto. Su lanza está desafilada, desaprovechando la miríada de situaciones en que la mujer es infravalorada. En verdad, aparecen, estas situaciones, mas no lo acometen ni con mucho ímpetu ni con mucha fuerza, lo que va mucho en consonancia con lo mencionado anteriormente: la novela falla en transmitir (no se trata de un ingrediente imprescindible en la novela negra, ni mucho menos, si uno sabe combinar elementos en la trama que enganchen). 

Sin embargo, su lectura no se hace pesada, gracias en parte a su condición de novela breve. Atesora sentido común y cohesión, sin entrar en incongruencias o despropósitos. Presenta un lenguaje muy educado, quizá demasiado para el género que es, donde se elude cualquier tipo de improperio o insulto (lo que, de un modo u otro, le quita realismo y pasión a la historia). No obstante, por encima de todo, se erige como un canto o una apología hacia el mundo femenino, así que es de agradecer que alguien publique una novela donde fútbol y mujer se fusionan.

Cristià Serrano