españa, perdiste
Título: españa, perdiste
Título Original: (españa, perdiste)
Autor: Hernán Casciari
Editorial:
Plaza & Janés
Copyright: 1ª edición, septiembre de 2007
ISBN: 978-84-01-37970-3
Etiquetas:
Argumento:
España, perdiste es un compendio de monólogos, de pequeños artículos, donde el autor hace una sátira sobre la masiva llegada de argentinos a España. Los españoles somos conscientes de la inmigración de marroquíes, de rumanos, de subsaharianos, de peruanos, pero nadie habla de los argentinos. Y es que estos vienen con su acento, su labia, sus artes de seducción y no nos percatamos que han venido a ganar un partido en el que juegan como visitantes. Nos sentimos intelectuales si en lugar de tomar café o té, tomamos mate como ellos y encima lo hacemos mientras ojeamos un libro de Borges o Cortázar. Nos hacemos los hombres cuando decimos “qué buena está esta piba”, sin saber que “piba” viene de más allá del Atlántico. Y las españolas se rinden a los pies de estos falsos seductores, mientras no entendemos a qué se debe este fenómeno argentino.
Con un tono humorístico, Hernán Casciari hace una caricatura del típico argentino, protestón y soberbio, a la vez que aprovecha para criticar al mundo.
Opinión:
Si leemos en la solapa de la cubierta quién es Hernán Casciari, veremos que es un argentino que fue, en su país, periodista, escritor, publicista, psicólogo -no podía faltar- y cantante pop. O sea, lo que significa un dicharachero, un comunicador o lo que es lo mismo: un argentino.
Pero además no le basta con ser un argentino cualquiera, sino que se empeña en parecer –no lo es en realidad- un argentino impertinente, de los que temes tener como compañero en el trabajo o como vecino en tu rellano, porque corres el riesgo de que saque su agudo repertorio de sátiras y anécdotas y acabes tomando con él una taza de mate y repostería con dulce de leche y tengas que reconocer que sí, que España tiene que aprender mucho de Argentina. Y es que el bueno de Hernán se pone en “España, perdiste” el traje de humorista quisquilloso, de los que no dejan títere con cabeza. Y como tal, su narrativa humorística es como una guillotina que pasa por la cabeza de los lectores españoles y los argentinos (porque no hay mejor humor que reírse de uno mismo). Ah, tampoco se libran los estadounidense, ni los peruanos, ni los chilenos… Humor y guillotina hay para todos.
Y si alguien piensa que esa cuchilla es metafórica, acierta solo en parte, porque algunos de los capítulos son auténticos toques de atención en los que no podemos evitar darnos por aludidos. Ya saben, esa sensación de "esto lo ha dicho en broma, pero lo ha dicho".
En ocasiones, ese humor es demasiado negro y seguro que hay algún lector que se siente herido o que piensa lo insolente que ha sido el autor. En ese caso, el autor les invita a llamarle o a enviarle un mail y decirle lo que piensan. Porque si él se queja, no hay razón para que los lectores no puedan hacerlo. Claro, podrán decir que Hernán Casciari no está acertado en el tono de algunos comentarios, pero seguro que él les responderá que eso de la moralidad ciudadana es algo estúpido. Aunque parezca soberbia, en verdad les digo que es humildad, él no es un superhombre.
No todos los artículos son humorísticos, también hay sitio para la nostalgia. Y seguro que el lector disfruta tanto de unos como de otros, porque algunos de los nostálgicos son realmente de excelente calidad -incluso nos recuerda a alguno de los cuentos de buenos de Roberto Bolaño-.
En conclusión, les invito a leer España, perdiste, a reírse un rato, a pensar mucho sobre nuestro mundo y de paso sobre esa gran amenaza de pseudointelectuales que son los argentinos (¡ojo con ellos a partir de ahora!, Ricardo Darín vino como encantador actor argentino y ahora las mujeres no se resisten cuando lo ven en la pantalla). Y si alguien se siente ofendido, ya saben: entren en la web del autor, www.orsai.es, y díganselo o vayan a la librería y pidan que le hagan un descuento para su próxima compra*.
* Válido solamente con el permiso del librero, del transportista, del escritor, del editor y de la señora que limpia la portería del editor, que es argentina.
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com
Comentario de los lectores:
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