El testigo mudo

Opinión:

No es necesario hacer una presentación de Agatha Christie, pues pocos lectores no conocerán a la queridísima reina del crimen, sin embargo, se puede destacar que esta soberbia dama cuya mente era tan inquieta como su pluma escribió alrededor de 66 novelas policiales, además de obras de teatro, novelas románticas, historias cortas, dos autobiografías, libros de poesía y un libro infantil.

Dentro de la novela policial destacan sus dos grandes investigadores; Miss Marple y el detective francés Hércules Poirot.

En "El testigo mudo" se corresponde a la colección de este último correspondiendo con su casa número 20. En él encontramos los devenires de la familia Arundell en donde la codicia y necesidad económica de sus miembros llevan a la matriarca a la muerte.

Al igual que otras historias de Agatha Christie, encontramos un proceso de actuación genérico y protocolario para la resolución de los casos. Con un círculo cerrado de sospechosos, el inspector Poirot irá realizando múltiples y diversas investigaciones con los que esclarecer los hechos y hallar al culpable del crimen.

Con una deliciosa pluma, precisa, ágil y sin ambages Agatha nos presenta una serie de personajes cuyo papel tiene una función precisa a lo largo de la obra. Cada uno de ellos presenta su propia personalidad y una sólida construcción que se va descubriendo a lo largo de la novela, llegando incluso a confundir al lector por momentos.

Son dos los puntos de vista que relatan los hechos. En un primer lugar contamos con un narrador omnisciente que nos presenta el contexto y la realidad en donde se encuentran los personajes. Posteriormente, tras la recepción de la carta, seguiremos las andanzas de Poirot a través de Arthur Hastings, capitán de la policía y su fiel compañero. Esto nos permite ser partícipes de la investigación desde un punto de vista genérico dándonos la posibilidad de hacer nuestras propias elucubraciones y siendo encaminados, en diferentes momentos, por los descubrimientos y devenires de los pensamientos del detective. Del mismo modo se nos permite sorprendernos con su inquietante, astuta y detallista mente.  

La agilidad con la que se lee el libro no solo viene dada por el estilo de la autora, sino también por la simplicidad con la que se presentan los nuevos datos.

La descripción de los escenarios y la ambientación me ha parecido soberbia. Es entregada y muy atmosférica. Cada pequeño detalle consigue crear un clima tenso en donde todos son presuntamente los responsables del asesinato teniendo tras de sí móviles de lo más factibles. El lector no puede evitar crear sus propias conjeturas e ir cambiándolas constantemente convirtiéndose en un pasatiempo que se desea terminar con impaciencia.

Cabe destacar que, uno de los rasgos que se destacan en esta obra, es la cantidad de juego de palabras que se incluyen durante la narración, así como el humor británico que queda impreso en ella.

Agatha construye una fabulosa historia en donde nada es lo que parece y cuya fuente de información se encuentra en el único miembro de la familia incapaz de hablar, el perrito Bob. Por ello, la obra se vuelve completamente adictiva en cada capítulo hasta tal punto que no puedes salir de la lectura sin dejar de darle vueltas a la idea.

Llegar a resolver el caso por los propios medios no es difícil, sin embargo, hay que tener una mente avispada y ser capaz de captar, retener y transformar toda la información que se va dando. Personalmente, no me considero de lo más sagaz para este tipo de retos y si bien el resultado no me ha sorprendido, sí que lo ha hecho tanto el proceso de investigación como los giros inesperados que se iban presentando.

Me ha resultado una apasionante lectura llena de intriga que me hacía sentir como si se me hubiera planteado todo un reto.

A diferencia de otras novelas de la colección, ésta carecía de la lista de personajes partícipes. Si bien en esta historia todos eran de la familia y quedaban bien delimitados considero que es una ayuda extra que facilita mucho al lector y que la editorial debería incluir siempre.

En conclusión, recomiendo mucho "El testigo mudo" a todos aquellos amantes del misterio, a los seguidores de la dama del crimen y, sobre todo, a aquellos que deseen iniciarse con las novelas negras y no sepan por dónde empezar, pues empezarán a descubrir el formato de las investigaciones y acabará, al igual que yo, sucumbiendo a ellas.

Marisa Costa