El murmullo

Opinión:

"El murmullo" es una historia extraña donde las haya, porque si bien lo que nos cuenta podría suceder hasta cierto punto, hay un momento -justamente ese sobrenatural que tanto llamó mi atención antes de leer el libro- en que lo ocurrido es imposible. Pero vayamos por partes.

Es Milo J. Krmpotic uno de esos autores que optan por escribir historias arriesgadas, no por la propia narración si no por cómo la cuenta. Se aprecia con claridad que no le gusta -o no ha querido en esta ocasión- dejarse llevar por lo puramente ortodoxo, más bien parece que vota por que el lector se quede con las sensaciones, con imágenes sueltas, y en definitiva la esencia de la historia, y esta forma de narrar no es algo que convenza a todo el mundo. Sin duda es arriesgado, porque habrá lectores que lo aprecien y otros que le tengan verdadero miedo cuando lean unas cuantas páginas.

A mí no me molesta en absoluto leer un libro que no se rija por lo común, aunque sí hace el autor algo que nunca me gustó -ni en él ni en ningún otro escritor de los que he leído y que han utilizado el mismo método-: la mayoría de las veces, cuando comienza un texto -y dado que es una novela a varias voces- no sabes quién está hablando (o pensando, o narrando) hasta que llevas unas líneas, y, en ocasiones, en los diálogos también puedes perderte.

Pero como contrapunto está esa otra lectura que muchos sí apreciamos y es que a pesar de haber leído -no sin dificultad- una historia que nos costaría contar a los demás sin temor a equivocarnos, quedan en la memoria restos de la narración, visiones fugaces de los personajes y de sus actos, y, sobre todo, emociones. E incluso extrañezas.

"El murmullo" provoca desasosiego e inquietud, y finaliza de una manera poco natural (recordemos que estamos, en el fondo, ante una historia sobrenatural, aunque este punto no está en absoluto explotado, es casi una excusa para dejarnos en el último momento con la boca abierta). La periodista, Gloria Casavella, es sensitiva, y su relación con Sofía la hará reaccionar de una forma extraña ante el mundo, pero casi natural ante los amantes de lo extraño.

No podría recomendarla a todo el mundo porque me consta que hay gente a la que le debes ofrecer lecturas fáciles si quieres que se acaben el libro, pero sí a quienes se atrevan a arriesgarse a una lectura diferente por la que ha apostado la editorial Pez de Plata.

Y hablando de la editorial, comentar que le ha puesto unas preciosas guardas azul oscuro púrpura, y que ha acompañado el relato con ilustraciones oscuras (y no me refiero sólo a los tonos, dado que son en blanco y negro) de Leticia Vera Seves, quien desde luego parece haber captado muy bien esta historia de oscuridad, la del alma y la del más allá.

Anika Lillo