El imperio contra Dios

Opinión:

La novela está estructurada en tres partes que son prácticamente independientes entre sí. Si no fuera por la corta longitud de cada una de ellas podríamos hablar de una trilogía. El autor consigue hacer que a nuestros ojos aparezca un Universo con gran variedad de razas, tipos sociales, mundos y sistemas planetarios de manera creíble y entretenida. Sorprende el hecho que no haya seres humanos en todo ese Universo y que, aún así, los personajes y sus tribulaciones sean atractivos y empáticos para el lector.

En la primera parte, nos relatan las peripecias de Ocram y su escogido grupo de soldados, que en una acción local ajustan las cuentas a un traidor al Imperio. Durante toda esta primera parte asistiremos a una suerte de "road movie" espacial, en que los Dauares de Ocram, un pequeño grupo con cada vez menos efectivos, atravesarán el sistema para escapar del enjambre Uracsano y poderse unir a los restos del ejército imperial que resiste en los confines del Universo conocido a los mandos del General Gaxal.

En la segunda parte, se da el salto de la escala individual a la colectiva, integrándose a los Daures sobrevivientes del equipo de Ocram en el ejército que protagonizará la primera campaña del contraataque de los imperiales con los Uracsanos. Curiosamente, aquí veremos desaparecer sin pena ni gloria a Ocram, el en principio protagonista de la novela, sin que el autor tan sólo nos explique o dramatice mínimamente el hecho.

Para acabar, finalmente nos muestra una escena en el Enjambre, en donde también hay disensiones internas que finalmente provocarán o ayudarán a socavar el auge del Enjambre, que atacado desde dentro y desde el exterior, sucumbirá y perderá definitivamente su hegemonía.

Hay que decir que en general el relato es atractivo para un público juvenil, aunque quizás un tanto excesivamente violento y podría hacer hincapié en valores más acordes con este tipo de literatura que no le resten valor comercial. Quizás por ello parece la estructura un tanto descuidada, para poder llegar con facilidad a un público no muy exigente. A veces parece que se dejan cabos sueltos o más bien se acelera demasiado el relato en algunos puntos, como el ya comentado de la muerte del protagonista, que no merece ni una nota de despedida por parte del autor, dando una cierta sensación deslabazada, aunque triunfa en recrear un Universo inexistente.

José Luis Hidalgo