la prisión de hielo
Título: la prisión de hielo
Título Original: (ice bound)
Autor: Jerri Nielsen
Editorial:
RBA
Copyright: Co-escrito con Maryanne Vollers
ISBN: No definido
Etiquetas:
Argumento:
La doctora Jerri Nielsen, una mujer de 47 años, brillante médico de urgencias en lo profesional, y una pobre divorciada y algo fracasada en lo personal, emprende la aventura de su vida. Solicita, y obtiene, el puesto de doctor en la Estación Amunsend -Scott del Polo Sur, en donde permanecerá un año, siete meses de los cuales en completa oscuridad y a temperaturas de setenta grados bajo cero.
Se prepara concienzudamente. Pero un tumor cancerígeno también lo hace, y decide aparecer en el momento más inoportuno.
Opinión:
Este no es un libro de viajes en sentido estricto. Tampoco uno de curación personal gracias a los poderes del Feng Shui o alguna mística al uso. Por eso me costó tanto encontrarlo en la librería. La doctora Nielsen cuenta en primera persona su epopeya particular al descubrirse un bulto en el pecho cuando, en su lugar de trabajo, la Estación del Polo Sur, se encuentra completamente inaccesible hasta seis meses después, cuando quizá sea tarde para hacer nada. Y cuenta los desvelos por encontrar un medio para atajar el cáncer (quimioterapistas de guardia no hay muchos en la Antártida: más bien ninguno) y el modo que tuvo de sobrevivir a la experiencia.
El libro se devora, y está afortunadamente libre de sensiblerías y de búsquedas de un Dios Todopoderoso en medio de la oscuridad polar: es una científica bastante atea, a tenor de lo leído ( ni una mención al Buen Dios en todo el libro) que sólo busca sobrevivir.
Hay una historia paralela que trata de cómo una brillante profesional puede perder la custodia de sus tres hijos por culpa de un marido cabrón y un abogado incompetente: no aporta mucha información al meollo de la historia, pero deja patente el hecho de que muchas mujeres, por muy fantásticas que sean en su labro profesional, se debaten (y se debatirán por los siglos de los siglos, me temo) en el fondo de su alma por descuidar su "faceta madre".
Me resultó interesante por eso, y por conocer de cerca qué rayos se hace en una estación científica en pleno Polo Sur: básicamente, luchar en contra de unas condiciones ambientales atroces y celebrar fiesta tras fiesta para evitar caer en una regresión a la época de las cavernas y los gruñidos guturales.
Ta bien.
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Comentario de los lectores:
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