entre bestias y héroes
Título: entre bestias y héroes
Título Original: (entre bestias y héroes, 2011)
Autor: Diego Carcedo
Editorial:
Espasa
Copyright: @ Diego Carcedo, 2011
@ Espasa Libros, S.l.U. 2011
1ª Edición, Octubre 2011
ISBN: 9788467035643
Etiquetas:
2ª gm
2ª guerra mundial
autores
biografía
escritores
españa
españoles
hispanos
historia de españa
holocausto
ii guerra mundial
literatura española
literatura hispana
nacionalsocialismo
nazis
nazismo
Argumento:
El periodista Diego Carcedo repasa en este trabajo la labor de los españoles que durante la Segunda Guerra Mundial antepusieron la solidaridad a la obediencia, y contribuyeron a salvar a miles de judíos perseguidos por el nazismo.
Carcedo enumera más de una docena de nombres, en su mayoría diplomáticos y funcionarios destinados en la Europa ocupada, que protegieron, expidieron documentación o autorizaron la salida hacia España de un cuantioso número de judíos, alegando su origen sefardí, fuera esto cierto o no.
En un tono didáctico pero bien documentado, el libro tiene un afán integrador al recoger todos los testimonios dispersos antes en otras obras, y mostrar el mapa completo de la ayuda clandestina que no brindó la España oficial.
Opinión:
La miseria y la nobleza se muestran más que nunca en las situaciones extremas que exigen una definición clara. Los nombres presentes en el libro de Diego Carcedo eligieron, no dudaron, y tampoco se arrepintieron cuando pagaron las consecuencias de sus actos. El grueso de los “Schindler” españoles fueron diplomáticos de diverso rango que, desoyendo la pasividad o la negativa de Madrid, cedieron a su instinto y permitieron acogerse a la tutela española a miles de judíos, en una cifra imposible de cuantificar.
El ardid habitual para burlar la implacable persecución germana consistía en alegar el pasado sefardí de las personas protegidas. Un decreto de 1924 otorgaba la nacionalidad española a los descendientes de la diáspora sefardí, siempre y cuando la reclamasen en los plazos previstos. La mayoría no lo hizo, pero eso no impidió que varios diplomáticos españoles eludieran esa premisa y considerasen españoles de facto a quienes podían demostrar su origen hispano. En otros supuestos, ni siquiera se exigió esa supuesta vinculación histórica, y se obró del mismo modo.
Entre los diplomáticos más comprometidos con esta misión humanitaria figuraron los embajadores Julio Palencia, José Rojas y Ángel Sanz-Briz (a quien Carcedo ya dedicó una novela anterior), los cónsules Rolland de Miota, Propper de Callejón, Luis Martínez Merello, el ingeniero José Ruiz de Santaella y el médico Eduardo Martínez Alonso.
En el lado opuesto, en el perfil más siniestro y despreciable de este drama, constan los nombres de José Félix de Lequierica, embajador en Francia y futuro ministro de Exteriores, y Ramón Serrano Súñer, ministro de Gobernación y posteriormente de Asuntos Exteriores. Ambos intentaron frenar la labor humanitaria de sus subalternos, desautorizaron sus prácticas y en algunos casos condenaron al ostracismo o a la degradación diplomática a algunos de ellos.
Posteriormente, cuando la derrota del Eje exigió a Franco presentar credenciales más positivas se sirvió de estos episodios para mostrar la benevolencia del Régimen. La historia ha acabado, como siempre ocurre, desvelando la realidad de los hechos y las auténticas complicidades que permitieron a unos y otros obrar desde la miseria o desde la nobleza.
Carcedo , como ya hizo con Sanz-Briz, ha acabado inscribiendo los nombres de estos españoles en la historia de los hombres justos.
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com