Diez mil heridas

Opinión:

"Diez mil heridas", de Patxi Irurzun, lo componen tres novelas que narran una saga familiar.

La primera la protagoniza Pedro Guinea, un esclavo que trabaja como catador de venenos, mozo de fieras y mensajero real de la corte de Olite. Por avatares del destino terminará convirtiéndose en el lugarteniente de Sanchicorrota, el Robin Hood de las Bárdenas.

La segunda la protagoniza Antón, nieto de Pedro, que ha llevado una vida azarosa desde que partió de su Salamanca natal junto a una curandera. En su camino se han cruzado tritones, actores del Corral de Comedias de Alcalá de Henares y unas extrañas monjas.

La tercera nos narra la vida de Zaide, hijo de Pedro, padre de Antón y padrastro del famoso Lazarillo de Tormes. Tras mil y una desgracias embarcará en una expedición al nuevo mundo junto a Núñez Cabeza de Vaca.

Tres novelas de corte histórico que recuperan personajes olvidados, leyendas que han sobrevivido al paso de los siglos y que suponen una revisión de clásicos de la literatura como el "Lazarillo de Tormes" y "Los Naufragios" de Cabeza de Vaca.

El autor, en un artículo del diario Noticias de Navarra, reconoce que las diez mil heridas del título hacen referencia a las que sufren los protagonistas de la novela. No solo físicas, también humillaciones e injusticias infligidas por el color de su piel.

Pedro, Zaide y Antón son mostrencos; esclavos libres que teóricamente pueden vivir como deseen pero que son rechazados. Allá donde van considerados seres inferiores por unos y aves raris en otras, porque el destino de cualquier hombre de color es la esclavitud.

Junto a los tres protagonistas recorreremos el reino de Navarra, en guerra perpetua; las tierras castellanas llenas de pícaros y gandules que viven a costa del dinero de los demás; y también un nuevo mundo que no es la tierra prometida que vendían: la muerte allí aguarda en cualquier esquina.

Una divertida novela de aventuras que nos muestra lo poco que ha cambiado España en los últimos siglos. Las guerras entre reyes ahora se dan entre partidos políticos que siguen mirando por su propio bolsillo, el color de la piel sigue marcando la vida de las personas y la picaresca sigue campando por sus respetos.

Como diría Pedro Guinea: ¡ketekete! Id a vuestra librería favorita y descubrid la historia de esta familia tan singular.

Ana G. Aranda