Diario de oración

Opinión:

Existe una tendencia generalizada en el mundo de la literatura a rechazar las obras de autores jóvenes. Incluso en ocasiones se banalizan o se infravaloran obras de autores que se convirtieron en auténticos hitos literarios con el tiempo, pero que empezaron a escribir muy pronto. Y la juventud, seamos sinceros, repele a la crítica, posiblemente debido a que la relacionan con la inexperiencia y con la falta de lecturas, y ya no hablemos sobre la falta de originalidad. Por eso siempre viene bien que editoriales como Ediciones Encuentro rescaten libros primerizos de autores con los que nos hemos deleitado durante años. Este es el caso de "Diario de oración" de Flannery O'Connor.

Desde el mismo principio, Flannery O'Connor fue especial. Como no podía escribir un diario al uso, optó por alterar el destinatario natural de sus escritos y así empezó a dirigirse a Dios. "Diario de oración" no deja de ser un texto biográfico como todos los diarios, pero al mismo tiempo es un texto íntimamente religioso, pues viene a reunir un conjunto de rezos personales nacidos desde la más profunda sentimentalidad de su autora. En casi cincuenta páginas, Flannery O'Connor no solo presenta su día a día, sino también la zozobra interior de la que nunca terminaría de desasirse. Ella expone, huyendo de toda vergüenza, el miedo primerizo de todo escritor: a no ser capaz de transmitir todo lo que se propone con sus textos, a no hallar el feedback de sus lectores, a no desarrollar una constancia y un ritmo de escritura.

Pero sus rezos no van dirigidos solo a cuestiones literarias (aunque estas abundan a lo largo de las páginas, con interesantes reflexiones metaliterarias). Flannery O'Connor expresa abiertamente su deseo de amor sin miedo a Dios (ella sabe que no hay nada más aterrador que lo desconocido). También comparte su búsqueda de esperanza y de valor en la vida, que son dos sentimientos que se siente incapaz de hallar por sí sola.

Otras reflexiones aluden al arte y a sus ideales de vida, lo cual apunta las expectativas que O'Connor tenía de su vida con tan solo veintiún años. En general, "Diario de oración" es una obra sencilla, pero profunda, que manifiesta la desolación inevitable de los inicios de la vida adulta. Flannery O'Connor busca en Dios a un guía, a un maestro, a alguien que la enseñe a vivir como han vivido tantas personas antes que ella. Esa es su angustia inexpresable.

 Darío Luque