Desde dentro

Opinión:

No van a disfrutar este libro solamente porque Martin Amis sea un buen narrador, que lo es, sino porque posee una capacidad para analizar la literatura y su creación, algo que es menos común en la literatura de lo que parece. Con ello quiero decir que son actos muy distintos, pensar sobre la creación y realizarla, y algunos escritores notables no son especialmente útiles a la hora de teorizar sobre ello. No así el británico, que demuestra una habilidad para explicar el hecho literario en sus variantes (tantas como personalidades presentes en el libro, desde Nabokov a Larkin) que te maravilla.

Lo que encontramos en "Desde dentro" es una obra que se encuentra a medio camino entre géneros: pueden tomarse como unas memorias noveladas, pero hay tantas páginas (y tan buenas) dedicadas al misterio de la tradición literaria que actúa muy bien como manual de creación, ofreciendo magníficos consejos tanto a los escritores noveles como a los que ya tienen cierta carrera. Digo esto último porque las percepciones de Amis sobre literatura son tan profundas, esenciales y filosóficas, que para degustarlas en su profundidad se exige un amor por la literatura contemporánea enorme. Se ocupa de la literatura anglosajona, casi exclusivamente, entre otras cosas porque la materia mayoritaria es su entorno: sus amigos del medio, su padre (el novelista de los angry young men Kingsley Amis), los autores que admira (Saul Bellow, premio Nobel de literatura norteamericano). No por casualidad, el subtítulo de la edición española es "Cómo escribir".

La vida de Martin Amis se nos presenta como una especie de sacerdocio literario. Todas las personas a las que conoce están de una u otra forma relacionados con el mundo del libro. Menos me han interesado -pero es una cuestión personal, en la que otro lector puede pensar lo contrario- las largas narraciones de su vida amorosa y conyugal, en la que ofrece detalles con nombres y apellidos que se encuentran más allá de toda barrera de pudor, como ahora es tan frecuente.

Maravilla su memoria -o capacidad de creación- cuando nos reproduce diálogos de hace más de veinte años. Me parece de especial generosidad que no solamente no esconda a sus ídolos, aquellos que le han marcado e influenciado como escritor, sino que los celebre en el libro sin darse mayor importancia a sí mismo. El libro está escrito en diálogo explícito al lector, dirigiéndose a él, mimándole y respetándole.

Como anécdota, en un momento del libro Martin Amis reafirma a Cervantes como el creador de la novela moderna. Está bien que así sea, estableciendo una justicia que muchos de sus compatriotas no llegan a compartir o lo hacen muy a regañadientes.

Rafael Ruiz Pleguezuelos