Desayuno de campeones

Opinión:

"Desayuno de campeones" es una obra singular, en un sentido muy distinto a como lo es la obra maestra del autor, "Matadero cinco". En ella Kurt Vonnegut (1922-2007) se lanza aún más al barro, haciendo que su texto estalle, presentándolo en plena descomposición, jugando con su forma cuanto quiere. Ha decidido que, ya que el contenido que le interesa es rebelde, su continente también tiene que serlo. Y presenta la que es quizá su obra más alocada y curiosa.

Publicada de manera original en 1973, contiene algo que es marca personal del autor: una mezcla muy atractiva de enfoque lúdico de la narración y un pesimismo vital e histórico que lo empapa todo. Aquí juega más que nunca con el absurdo, y por ello requiere de nuestra paciencia lectora y sobre todo de que entremos en el divertimento sin prejuicios. Porque ocurrirá, como en todos sus textos, que tras la audacia hay un mensaje profundo, trascendental y bien hallado. El punto grotesco lo añaden unas ilustraciones que salpimientan la narración, de buen o mal gusto según la página en que nos encontramos.

Como personaje/hallazgo tenemos a Kilgore Trout, un escritor oscuro de ciencia ficción barata cuyas historias, tan absurdas como iluminadoras, se encuentran diseminadas por publicaciones pornográficas. Tendrá la suerte de que un buen día un millonario se enamore locamente de su escritura y le allane el camino hasta la popularidad. Ya les digo que nada de lo que se encuentra en "Desayuno de campeones" es convencional.

Igual que en el resto de obras, a Vonnegut le interesa la humanidad como conjunto, como grupo inabarcable. Tiene un mensaje bordado en cada página que le ha convertido en un escritor de culto, de lectores fieles. Nuestros grandes problemas como especie, especialmente el sentido de la crueldad, la envidia, nuestra incapacidad manifiesta a lo largo de la historia para crear una sociedad justa y libre de violencia son algunos de esos temas que encuentran en él el mejor abrigo.

La edición es Blackie Books: eso significa calidad total, un volumen precioso, memorable. Cada detalle mimado y pensado para que compremos una edición formidable.

Rafael Ruiz Pleguezuelos