del suelo al cielo

Opinión:

Hay veces que se nos olvida que la principal misión de la literatura es entretener, sí, está muy bien leer para cultivarse, aprender, etc., etc., pero ¿y la satisfacción que da tumbarse en el sofá, abrir un libro, no pensar en nada y disfrutar de una historia intrascendente? Pocos nos resistimos a esto último y Regina Román ha escrito una novela que es eso, entretenimiento en estado puro.
 
“Del suelo al cielo” es una comedia de enredo divertidísima, digna heredera de la trilogía iniciada por Terenci Moix con “Garras de Astracán”, con una protagonista mezcla de la genial Miranda Boronat creada por el escritor catalán y la fantasiosa Ana Obregón.

Usando un lenguaje muy coloquial y directo acompañaremos a Toñi García, alias Cayetana de Ojeda, alias Cayetana Lundberg, por su viaje de vida inventada, sus chascarrillos incomprensibles, su afán de protagonismo desmedido, sus sonoras meteduras de pata, sus mañanas de pilates y tardes de jacuzzi... hasta que un sueco rubio, culto, macizorro y guapetón se interpone en su camino. Pese a todo Cayetana es otra mujer solitaria que busca la felicidad, encajar en una sociedad en la que la envidia es el pan nuestro de cada día; por supuesto, si para lograr esto hay que mentir como una bellaca, se miente, se guarda bien la mentira en el disco duro que tiene por mollera y a por el siguiente bolso de Loewe, que la vida es así, no se la ha inventado Caye –bueno, al menos no toda-.
 
Cayetana es víctima de las circunstancias, la típica chica de pueblo con pájaros en la cabeza que llega a un Madrid cosmopolita que no acepta a las clases sociales más bajas, que empieza contando una mentirijilla y acaba inmersa en un universo ficticio que termina por creerse y llevarlo a las últimas consecuencias; el perfecto ejemplo de que somos presa de nuestros secretos. Si bien como buena pija, creída, forrada hasta las orejas e inculta de pro puede ser una arpía temible cuando quiere, nos demostrará por medio de su amiga en el paro, Hippie, llorica y ONG para los cretinos en potencia, Marina, que tiene buen corazón y que, en el fondo, le gustaría mostrarse tal y como es aunque eso la haga más vulnerable. Es por eso que cuando Neil, coheredero de la casa, rico, guapo, alto, educado y que nunca pierde los papeles entra en escena, a nuestra protagonista le entran los siete males y alguno más, ya que siempre se ha salido con la suya y Viki el Vikingo no está por la labor de concederle todos sus deseos. En este momento el enredo está servido a base de ironía, mordacidad, juego sucio y muy, muy, muy mala leche que hará que nos tronchemos de risa cuando la ex cateta se emborrache y entone el Sarandonga a grito pelado, para terminar dándose cuenta que durante toda su ficticia vida ha intentado llenar su soledad con falsas adulaciones y bienes materiales.
 
La autora no pretende darnos lecciones de moralidad, de ética, ni siquiera de decencia. Cada personaje que aparece en el libro ha elegido su camino en la vida porque le convenía, ellos no se cuestionan su decisión, nosotros tampoco, lo que le da a la historia un tono realista bastante correcto y unas escenas comiquísimas entre el surrealismo y el esperpento que provocan la carcajada. Todo ello aderezado con mucho cotilleo, escándalos de programa basura, anécdotas jocosas y chistes involuntarios, que harían las delicias de cualquier tertuliano de cutre programa que se precie. Y es que hay muchas Cayetanas en el mundo, gente que se avergüenza de sus orígenes humildes por no estar seguros de que su ascenso en la sociedad se haya logrado por medio de métodos ortodoxos; sí, hay muchas, pero no tienen el gracejo de esta, como ella misma dice, paleta andaluza tozuda como una mula, capaz de comportarse como un elefante en una cacharrería cuando le sale la vena pueblerina.
 
Si lo que buscas es diversión, carcajadas garantizadas y evasión agradable, “Del suelo al cielo” es una inyección de alegría y optimismo que se contagia con la misma velocidad que un virus, un antídoto contra la depresión que pone de buen humor hasta al presentador de sucesos, el libro que te dejará con una sonrisa en la cara mientras piensas: cualquier día me lío la manta a la cabeza y hago lo mismo.
 
Patricia Rubiera