Defensa de la hispanidad

Opinión:

Este libro rescatado por Almuzara tiene más de valor histórico que de actualidad, en la medida que permite asomarnos no sólo al ideario de una de las dos Españas, la que venció la Guerra, sino también a una forma de pensar lamentablemente vigente en muchos de los nacionalismos que hoy pululan por nuestro viejo continente.

Ideas como asociar naciones a una presunta misión histórica, la agresión que esta sufre de idearios importados que colisionan con los valores tradicionales, la reivindicación de aquellos intelectuales que sólo beben en una forma de pensamiento único ligado a la asignación de valores sobrehumanos a conceptos políticos como nación o Estado, como providencia, destino, pureza o tradición, pero que al mismo tiempo se presentan saturados de argumentos emocionales propios de quienes utilizan ese tipo de mecanismos mentales para justificación de un trasnochado ser y estar de un determinado grupo de personas en el mundo.

Unas páginas que ilustran un rechazo visceral a toda manera de liberalismo o progresismo, que se justifica por su carácter de amenaza a esa presunta misión histórica nacional debilitada por esas ideas tan extranjeras como contradictorias con esos valores que dicen servir a una visión nacional, pero que sin embargo son perfectamente replicables en los otros fenómenos fascistas o extremistas que tantas veces han castigado Europa.

Una de las grandes virtudes de este libro es que es perfectamente trasladable a cualquier de los nacionalismos que resurgen no sólo en esta Europa de este nuevo milenio, sino como fenómeno global que parece haber llegado, por desgracia, para quedarse durante algún tiempo que por ahora se antoja largo por cierto fracaso a la hora de poner en valor los valores democráticos ilustrados.

Una suerte de manual de nacionalistas provincianos que gustan de usar conceptos tan sonoros como vanos pero en absoluto banales, como ideal nacional, impulso vital, misión histórica, enemigo esencial, tradición, destino manifiesto, élite, razón histórica, inmanencia nacional, abandono moral, espíritu nacional o asedio.

Un libro con perlas como "¿concibe nadie que Sancho Panza quiera sublevarse contra Don Quijote? El hombre inferior admira y sigue al superior cuando no está maleado para que lo dirija y lo proteja". O "en el cambio de ideales había ya un abandono del espíritu de la sensualidad y a la naturaleza; pero lo más grave era la extranjerización, la voluntad de ser lo que éramos porque querer ser otros es ya querer no ser". Y "los Estados democráticos nacionales son, en todas partes, demasiado costosos, y han de ser sustituidos por nuevas concepciones de Estado…".

Sin duda no es casual la simpatía que admite el propio autor con tipos tan ideológicamente estrafalarios como Maurras, o pensadores como Balmes, Donoso o Menéndez Pelayo. Una galería repleta de conceptos y valores hoy perfectamente identificables en muchas las peregrinas ideas que pueblan los nacionalismos de nuestros días.

Lo dicho, un libro cuya oportunidad y claridad resulta tan evidente como inquietante.

Jorge Riet