De mil maneras distintas

Opinión:

"De mil maneras distintas" empieza siendo muy duro. Tenemos a una niña que vive en un ambiente tóxico, con un padre ausente y una madre con trastorno bipolar que es como una lotería de emociones. Aunque afortunadamente su hermano mayor es un amor y será un apoyo para ella toda su vida, su hermano pequeño absorbe las emociones de su madre, lo que inevitablemente le convierte en un chico conflictivo.

El libro nos cuenta el recorrido vital de Alice. Al principio, no tiene ninguna herramienta para gestionar su don, así que está constantemente abrumada. Intenta aislarse, pero puede ver lo peor y lo mejor de las personas, y sus emociones, tanto negativas como positivas, se le contagian. Por eso, cala a la gente a golpe de vista y tiende a no querer saber nada de nadie, y estar en lugares con muchas personas es horrible para ella. Su situación en casa con una madre egoísta y bipolar no es buena tampoco, por lo que en general esta parte es muy angustiosa tanto para ella como para el lector.

Poco a poco, según crece y madura, van ocurriendo cosas que la obligan a salir de su zona de confort, y ella misma está decidida a superar la que cree su maldición. También evoluciona su relación con su madre y va encontrando gente en su camino que la comprende con sus excentricidades, valora lo que es capaz de ver e incluso quienes son capaces de ayudarla en su camino para encontrarse a sí misma y para convivir con su don en vez de dejarse abrumar por él.

En esta historia también hay lugar para el romance, ya que Alice se topa con un chico cuyos colores es incapaz de percibir. Eso también será difícil para ella, porque está acostumbrada a leer los colores de las personas y no su lenguaje no verbal, así que está a ciegas. En cualquier caso, el romance es una parte pequeña dentro de un libro muy original que se centra en un desarrollo de personaje brutal.

La narrativa fluye muy bien, con flashbacks en los momentos oportunos y saltos temporales cada vez más frecuentes conforme Alice va aceptándose a sí misma. La pluma de Cecelia Ahern es espectacular y consiguió conmoverme en más de una ocasión, además, es imposible no encariñarse con los personajes.

Por todo ello, debo decir que me encantó esta novela y no dudo en recomendarla.

Déborah F. Muñoz