casi todos mis secretos

Opinión:

De Borges a Luis Racionero. De las islas del pacífico a las catedrales catalanas. De la historia cátara a la pasión por la lectura. De la mano de Víctor Amela y sus Casi todos mis secretos  nos adentramos en 99 píldoras de vida y de curiosidad. Porque estos pequeños artículos o reflexiones no son únicamente ventanas a su personalidad y sus experiencias vitales y profesionales, sino que también son pequeñas píldoras para aprender a saborear la vida. 
 
Víctor Amela expone en este libro cómo ha descubierto, gracias a su trabajo como periodista y a su inquietud personal, una serie de personas que le han aportado algo a su vida y a su forma de enfrentarse a ella. Ese chico de pelo azul, ese joven minusválido que le demostró cuán minusválidos podemos estar el resto por no ver la vida como realmente puede ser, y así sucesivamente… personajes que aportan su granito de arena en su vida y en la nuestra en el momento en que Amela decide compartir esas experiencias con el lector.
 
Pero estas 99 ventanas a su mundo no se centran únicamente en su labor periodística y en la cantidad de personas que, a través de sus entrevistas, han compartido con él su forma particular de ver el mundo y la vida. En estas páginas también expone pasiones, por el aceite, la lectura o el mundo en general, reflexiones sobre la historia, el paisaje de su infancia o su relación con los libros. Y por si al lector le apetece saborear alguno de esos placeres, indagar en alguna de las historias que narra o conocer un poco más sobre las personas de las que habla, al finalizar cada pequeño capítulo, aparece una lista de recomendaciones: lecturas, direcciones, música…
 
Escrito de forma amena y divertida, con apuntes reflexivos y otros plagados de humor, estos 99 canales para ver el mundo como Víctor Amela son pequeñas ventanas al mundo en general; pequeñas ventanas que pueden picar la curiosidad del lector ávido de descubrimientos y que quiera abrirse al mundo que Amela propone; pero que a su vez puede entretener al lector que también quiera disfrutar a través de una lectura divertida y plagada de anécdotas curiosas. Al estar planteado como pequeños capítulos inconexos – cada píldora cuenta por si misma – se puede leer poco a poco, saboreando cada experiencia. Si el lector quiere indagar más, allí tiene las recomendaciones finales. 
 
Casi todos mis secretos  es un libro que puede tomarse como divertimento o como un pequeño reto para descubrir una nueva manera de ver el mundo y de saborearlo. Porque lo que queda claro es que Víctor Amela sabe transmitir un placer por la vida, un saber disfrutar y apreciar los momentos mágicos que otorga el mundo, y aprender de ellos.

Inés Macpherson