Bravo

Opinión:

Esta simpática charada cumple a la perfección con su objetivo, hacer pasar un rato divertido al lector. Sin falsas pretensiones, la liviandad de su historia, los inefables personajes atrapados en sus circunstancias más involuntarias y al mismo tiempo surrealistas, sirven para un relato disparatado, que también desliza parodias atinadas de un mundo donde todo son dudosos intereses más o menos evidentes.

Una carambola del destino precipita al protagonista en un vértigo de situaciones a cual más enloquecida, que actúa como un retrato cruel y acertado de las más bajas pasiones y a veces escasas luces, de ese mundo que pierde la cabeza por un grupo de chavales bien pagados, que trotan por un prado rectangular tras una esfera de cuero y aire, para grandes gestas o colosales fracasos concentrados en unos pocos segundos en los que el tiempo convencional se congela y puede provocar, como el perfecto ejemplo de la teoría de la relatividad, el sentido de una fugaz eternidad que arrastra a las masas de todo el planeta.

Porque el fútbol de élite tiene la extraña virtud de proponer una realidad ampliada de los limitados espacios de sus estadios, creando un tiempo compartido sin limitaciones geográficas.

Daura ofrece un claroscuro de ese extraño mundo, donde todo son pasiones, intereses y sinrazones, porque domina más el sentimiento que la lógica más elemental. Incluso se permite el grato lujo de deslizar reflexiones y deducciones que casi rozan el papel de improvisado coach de gestión de grupos humanos, en el que a menudo es más útil el acierto de una intuición que un elaborado razonamiento. Impagable la parte de la obra dedicada a las peripecias del protagonista en Japón, en el que se confirma que todo es un puro espectáculo.

Una obra frívola, a ratos divertida, en otros demoledora, intensa, con frases rotundas y clarificadoras, "en el fútbol, al igual que en el porno, la jubilación llega rápida y a la fuerza", que sirve de imagen perfecta de un mundo paradójicamente muy cerrado y pequeño pero a la vez radicalmente global, absolutamente presente en la vida de millones de criaturas, que ven en él la sublimación de sus anhelos y deseos, y sobre todo la útil amnesia transitoria de sus problemas personales.

Jorge Riet