Brasas de agosto

Opinión:

Es lo primero que leo de este autor, y considero que puede ser buena introducción y anticipo de qué pretende, al menos, en lo que su primera época se refiere (tengo referencias de que libros más recientes tienen características algo diferentes).

Es un modo particular de escribir, el de Luis Mateo Díez. Exige y se sabe exigente. Hay un lenguaje cuidado; el que suscribe se ha topado con la necesidad de consultar un diccionario en más de una ocasión. Aunque esto es enriquecedor (y puede ser un acicate para aquellos que deseen saber escribir), no siempre es coherente con la perspectiva de los personaje, cuyas reflexiones debieran ser menos elaboradas: un botón de muestra son los pensamientos del protagonista de Mister Delmas sobre qué querría decir a su mujer o el modo de inaugurar su recuerdo el protagonista y narrador de Carta de amor y de batalla. Hay un alejamiento de la verosimilitud cuando se trata de hablar desde el personaje.

Por otra parte, este lenguaje a veces lastra la narración, lo cual, en el caso de la brevedad necesaria en el relato, es contraproducente. Otra característica es la preocupación por lo descriptivo que puede minimizar la anécdota, como es en el caso de Cenizas, donde todo se circunscribe a un ir y venir hacia los detalles, paralelo al ir y venir del momento presente a otro que se recuerda.

Cuando se trata de captar y transmitir un ambiente que supone un apoyo a lo que viven los personajes funciona mejor, y así sucede en "Brasas de Agosto".

Por otra parte, cuando el relato es más corto, la capacidad cuentística del autor queda más patente, y "Mi tío César" y "Albanito, amigo mío" son dos casos muy notables, también porque se atienen a la vieja regla del final sorprendente (quizás esto no sea del todo casual).

El resultado general aporta determinados temas y ambientes que facilitará al lector ideas sobre qué puede encontrar en obras del autor: los pueblos castellanos, los pequeños secretos y miserias guardados durante años o el retrato de personajes representativos de estas zonas.

Fernando Hugo