Bosquesanto

Opinión:

"Bosquesanto" me llamó la atención al principio, lo que no me esperaba era la sorpresa morrocotuda de encontrarme con una de las mejores novelas de género negro que haya leído este año.

Silvia Rodríguez Coladas ha desarrollado una historia compacta, trazada con tiralíneas, que estimula la vena investigadora del lector, que hasta es posible que se vaya apuntando cada detalle que aparece sobre esa persona que asesina, sí, pero lo hace por lo que, en su parecer, son muy buenos motivos, además de beneficiosos para la comunidad.

Claro que puede pasar que el lector se posicione de su lado y, puesto que Bosquesanto ya está ocupado, empiece a mirar alrededor, eso que tiene cerca, apuntando, con un lápiz bien afilado en su propia libreta, las obvias necesidades de contribuir al bien común dentro de su propio vecindario.

Volviendo a la novela, que de eso se trata y no de pensar en ese insufrible y escandaloso individuo cuya desaparición sería una bendición para todos, la trama transcurre al ritmo propio del entorno rural de esa población del norte de España, o sea, con toda calma y tranquilidad mientras pasa el tiempo, por más que haya una cierta preocupación por las muertes y desapariciones de algunos vecinos, más que nada porque nadie sabe quién será el siguiente y todos, quien más y quien menos, sabe que tiene cuentas pendientes por sus acciones, cabe decir que muy poco edificantes, con sus convecinos.

Respecto de la estructura, durante toda la novela se alterna la narración entre la voz asesina en primera persona, que comparte sus pensamientos y sus peripecias en los capítulos impares, con lo que va ocurriendo en la localidad, junto con las cuitas y reacciones de los vecinos, que a su vez aparece en los capítulos pares, narrado todo ello en tercera persona. Una alternancia que se repite, sin excepción, hasta el final del libro.

Aunque al principio, en ese primer capítulo, no se sabe nada de esa persona, casi ni siquiera de la víctima, apenas algo más de que la está enterrando en un paraje boscoso y alejado de la población; después, de manera paulatina, se van conociendo algunos detalles personales, lo que permitirá hacer conjeturas, aunque poco más que eso, para descubrir quién pueda ser entre los vecinos que van desfilando por las páginas del libro.

Cabe decir que el desenlace está a la altura de las expectativas creadas, con una escena final donde se podrá ver cómo sigue la vida normal en Bosquesanto, en plenas vacaciones de Navidad, con un buen puñado de vecinos reunidos en el bar de pueblo, que pronto se dan cuenta de que hay una ausencia notable, sin que se conozca para nada el motivo.

Tal como se desprende de mis palabras, he disfrutado como pocas veces con esta estupenda novela, "Bosquesanto", que recomiendo de corazón a las personas amantes del género negro y quieran deleitarse con una historia directa y contundente, donde podrán tomar partido según sus propias convicciones.

Selin