Armonías y suaves cantos: las mujeres olvidadas de la música clásica.

Opinión:

Ninguna rama artística está reservada a los hombres. Poco a poco, son muchos los nombres femeninos que están saliendo a la luz. Nombres que desarrollaron e hicieron de artes como la pintura o la música su profesión pero que la Historia ha mantenido en un segundo plano o, lo que es peor, les ha ignorado. Puede que, para algunos lectores, les parezca una moda la edición de libros en los que se hable de estas mujeres y se den a conocer, pero yo no lo creo así. Es más, para mí son necesarios y aún son pocos.

La historiadora Anna Beer es una de estos autores que está dando protagonismo a estas mujeres que han permanecido silenciadas. Ella se ha centrado en el terreno de la música clásica y nos ofrece un libro publicado por la editorial Acantilado: "Armonías y suaves cantos: las mujeres olvidadas de la música clásica". Libro, ya lo adelanto, de imprescindible lectura, y no solo por ese fondo feminista o reivindicativo, sino por toda la información que aporta. De alguna forma, complementa muchos manuales de Historia de la Música ya que, a todas estas músicas que menciona, se las tiene que tener muy en cuenta.

Está escrito con un estilo muy ameno pero que no olvida la parte didáctica. Cada capítulo está dedicado a una música y se completa la información tanto con una extensa bibliografía, como con una selección personal de las obras más importantes de cada una de ellas.

Todas son importantes y es grato saber más. Pero, personalmente, ha habido alguna que me han llamado más la atención, como Francesca Caccini que trabajó al servicio de los Médici, o Élisabeth Jacquet de la Guerre que lo hizo para Luis XIV y que compuso una de las óperas más importantes de su época "Céphale et Procis" que se estrenó en marzo de 1694 y que es la única obra de la compositora que ha llegado íntegra a nuestros días. También quiero destacar a Marianna von Martines, era una compositora austriaca y llegó a rivalizar con el mismísimo Joseph Haydn. Todas estas mujeres amaban la música y esta pasión era lo que les llevaba a no rendirse y a hacer frente a todos los obstáculos que les ponía su época. Algo que también les ocurría a muchas escritoras o pintoras.

Aunque su ritmo de lectura es ágil, no es un libro para leer rápido sino para hacerlo con calma teniendo al lado un bloc y un lápiz, ya que es de los que te obligan a ir tomando notas e ideas. No es una mera bibliografía, sino toda una obra de referencia clave de la Historia de la Música. La labor documental previa es palpable.

Es un libro muy bueno y, personalmente, me ha encantado. Ha sido una lectura con la que he disfrutado y por eso la recomiendo.

Ysabel M.