Antes mueren los que no aman

Opinión:

"Antes mueren los que no aman" tiene tres tramas. Una afecta a Julián Tresser y a su búsqueda de Luba, la otra a su compañero (subordinado) Coira y un homicidio involuntario por parte de una familiar suya, y la tercera tiene que ver con otra muerte, una actriz y una juerga que acaba mal. Quizá no hacían falta tantas tramas. La novela se inicia con un homicidio involuntario, la crisis que vive España… es la que se refiere a Coira y su familiar… no me ha atraído, rezaba para que la cosa mejorara porque esa trama me parecía aburrida; entiendo, sin embargo, que servía para complicarle más la vida a Tresser porque así el encuentro con Luba se retrasaba y la tensión se mantenía, pero no ha sido justamente lo que me ha pegado a la novela.

La historia de la actriz que se va con su amiga al chalet con un secreto y mucho nerviosismo me ha parecido mejor, y además es idónea para lo que sucede con Luba. La pequeña logra huir en este volumen, y esa huida termina en un paradero impensable, en plenas montañas, en un lugar apartado, un pueblo donde una actriz tiene una enorme casa donde refugiarse de la fama. Luba llega herida pero la dueña de la casa y su amiga discuten sobre algo que debería ser para siempre un secreto, y eso impedirá que la pequeña -a la que le han hecho daño tanto hombres como mujeres- pida ayuda. Su problema es que tiene una gran herida y conforme pase el tiempo empeorará. Un suceso con un hombre (sigo sin contaros detalles, mola descubrir de qué va esto leyéndolo) hará que Luba se deje ver, y a partir de ahí la niña volverá a estar en el mapa. ¿Lo bueno? Que Julián Tresser podrá encontrarse al fin con ella y contarle su intención de adoptarla. ¿Lo malo? Que el Águila, el despreciable ser que la lleva prostituyendo desde niña, también podrá localizarla, y no puede permitirse que hable. Así que uno la buscará para protegerla y el otro para matarla.

El personaje de Luba es hipnótico. Ya lo dije en "Morir no es lo que más duele", ella es el personaje con el que más empatizo aun siendo imposible comparar nuestras vidas, pero me pongo en la piel de esa niña y sufro porque siento su miedo. Leo con más ganas la novela por ella, por Luba. Inés Plana describe tan bien la personalidad de la chiquilla, esa forma en que normaliza cosas terribles que a otros nos encogen el estómago… Uff, para mí Luba tiene el mayor atractivo de esta segunda obra. De hecho en la anterior él (Tresser) me caía un poco mal, pero aquí la autora ha conseguido que su afán por apoyar, ayudar, proteger y querer a Luba lo convierta en alguien más humano, menos frío. De hecho entendemos mejor su frialdad porque ella nos va contando sus dudas, su temor a hacerle daño aun sin querer, porque sabe que él es hombre, y los hombres solo se han aprovechado de su cuerpo.

Lo cierto es que "Antes mueren los que no aman" engrandece a algunos personajes, muestra el lado más humano de personajes que parecen fríos o altivos, y nos ofrece, además, la perspectiva de quienes se aprovechan indirectamente del mundo de la prostitución infantil (en este caso la mujer del proxeneta; yo de ahí y sus trillizas sacaría una novela). Si acaso yo la habría dejado en dos tramas y no habría sentido la necesidad de repetir en tantas ocasiones algunas cosas por si nos olvidábamos de qué iba la historia. Y esto es curioso porque justo aquello que yo no recordaba (los lazos sanguíneos que unirían a Tresser con Luba) yo no los recuerdo y vaya por donde aquí no se nos ha recordado, solo la posibilidad de que existirían pero no el por qué. Una pena.

Hay un momento hacia el final donde Luba está en un aeropuerto y en un momento dado Tresser percibe algo raro en ella. Le pregunta y Luba miente. No pasa nada. Sí pasa, y eso es justamente lo que sabía que tenía que suceder, e imagino o espero que de ahí salga algo más porque, insisto, el 80% del atractivo de estas novelas para mí lo tiene Luba. Su trauma, su dolor, su miedo, la esperanza de conseguir ser una niña normal… ahí radica el poder.

De nuevo una novela negra con mucha implicación emocional, de denuncia social, y que puede llegar a un público muy amplio. Prácticamente todos sus personajes sufren algunos traumas del pasado o viven atormentados por algo, y la novela además de negra es bastante dramática. Como todos sabemos, los dramas nos llegan más al corazón. En todo caso Inés Plana humaniza mucho a todos sus personajes.

Un pequeño comentario: las portadas molan mucho pero nunca reflejan con acierto el interior, así que no os dejéis guiar por la imagen: fijaos en el argumento.

Anika Lillo

Foto homenaje