Anika entre libros

anatomía de un asesinato

Ficha realizada por: Ariodante
anatomía de un asesinato

Título: anatomía de un asesinato
Título Original: (anatomy of a murder, 1958)
Autor: Robert Traver
Editorial: Quaterni


Copyright: Traducción de Iñaki Rivero y Ana Palacio
1ª edición: diciembre 2009 ISBN: 978-84-937009-3-5
Etiquetas: género negro jueces juicios juzgados leyes policiaco

Argumento:


Robert Traver , (Ishpeming,Michigan, 1903-1991) seudónimo bajo el que se oculta John D. Voelker, fue abogado, juez y escritor de Estados Unidos que alcanzó relevancia mundial con la obra que nos ocupa. Estudió derecho en la Universidad de Michigan, ejerciendo de abogado algunos años en Chicago, pero volvió a su ciudad natal donde siguió ejerciendo hasta que le nombraron fiscal del condado, y en 1957 juez de la Corte Suprema del Estado. Se retiró en 1959, tras el éxito de Anatomía de un asesinato, para dedicarse a la literatura por entero. No sólo publicó otras novelas con trasfondo legal, sino también libros sobre pesca, de la que era un gran aficionado, como se trasluce en la obra que reseñamos aquí. 

La novela, publicada en 1958, tiene muchos rasgos autobiográficos, sobre todo en el protagonista, Paul Biegler, al que describe como ex fiscal, en la actualidad abogado en un pequeño pueblito de Michigan, dedicándose a casos rutinarios y sin importancia... y a la pesca.  Hay muchos rasgos del autor, en Biegler, desdoblados en Parnell McCarthy, su amigo y colaborador, un viejo abogado retirado y hundido por la bebida. La monotonía de sus vidas se ve alterada por un suceso: un asesinato por la zona. Y Biegler es llamado a defender al asesino. Nuestro personaje ha de hacer de abogado pero también de detective, y ha de averiguar muchos detalles para tratar de sacar adelante una defensa con muy pocas posibilidades. Y pone en danza a su amigo McCarthy, a su secretaria Maida, moviliza a todo el que puede para conseguir lo que necesita. Aunque de vez en cuando se va a pescar para aclararse las ideas.  

El caso es un asesinato del supuesto violador de la esposa del teniente Manion, una chica terriblemente atractiva y coqueta, y de la cual su esposo se siente celoso casi de modo enfermizo, y que aparece una noche brutalmente apaleada y violada por el propietario de un bar cercano al camping donde viven los Manion. Pero no todo es tan obvio como parece, y Paul Biegler empieza a tirar del hilo enmarañado de los hechos, con lo que van saliendo a la luz más detalles que hacen menos evidente la situación. O al menos, no tan sencilla de juzgar.

Opinión:


La novela se divide en dos partes: antes del juicio y durante el juicio. Es notoria la procedencia del autor, que se mueve en el lenguaje legal como pez en el agua (nunca mejor dicho). Los diálogos son ágiles y aunque el estilo es directo y absolutamente realista, sin vanguardismos ni saltos atrás, en fin, una novela al modo tradicional.  Su rapidísimo éxito le hizo ser llevada al cine, de la mano de Otto Preminger, en 1959, película que sigue bastante de cerca de la novela y que contribuyó, a su vez, a publicitarla.

Defender a un inocente es muy distinto a defender a alguien que él mismo reconoce haber cometido un crimen . Pero para un abogado que se precie, es todo un reto. Y para un abogado que lleva años fuera de circulación, aún más todavía. Por eso en la primera parte se trata de hacernos comprender cómo un abogado se puede sentir atraído por un caso como éste. Y también de colocarnos en el escenario de las leyes norteamericanas, donde la presunción de inocencia es un presupuesto legal y un hecho.

El autor, por boca  del juez Weaver resume el interés de la novela: “Soy un entusiasta de los procesos de asesinato. (...)Me siento fascinado por el enorme drama que encierra en sí un proceso de asesinato, por el acusado que pugna por defender su libertad y cuyo esfuerzo va dirigido a restar importancia a los hechos, por el ministerio fiscal, esos maestros en hinchar los acontecimientos, que luchan con brillantez para conseguir el triunfo,  la fama, para tener más clientes, mayor reputación política o cualquiera sabe por qué, y por el jurado, que es una veleta que gira hacia esa o la otra dirección; incluso por el mismo juez, que intenta por todos los medios saber quién tiene razón y al mismo tiempo comportarse con decoro.” Y la respuesta de Biegler: “Si, señoría. Ningún otro espectáculo puede igualarse en intensidad. En esta clase de dramas, no sólo puede concluir bruscamente la representación, sino que además los actores principales pueden perderlo todo si fallan.”

Asistimos, pues, al desarrollo del juicio en la segunda parte, y a las investigaciones paralelas que Biegler y su ayudante siguen continuamente haciendo, en un esfuerzo supremo por ganar el juicio, en una especie de competición casi deportiva con el fiscal,  al que quiere ganar esta partida. Da la impresión de que el libro se ocupa más del tema legal como una especie de juego, de deporte, que del aspecto moral, que soslaya. Que el teniente Manion haya matado un hombre (¡se matan tantos en las guerras...!), que Laura Manion haya sido violada o no, (¡ocurre tan a menudo!), parecen ser asuntos menores, porque los abogados, el fiscal y el juez, todos parecen estar siguiendo los tiempos y las normas de un partido en el que lo que importa es ganar o perder, y por supuesto, jugar. Esta es la idea que creo que se desprende de este libro, que aun así, es interesante y de una trama amena, si bien en algunos momentos resulta algo farragoso.   
  

Ariodante
Diciembre 2009

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